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Marruecos, el Frente Polisario y la Unión Europea

Adam Lamaallem Aisa y Fernando Meliveo Benchimol. Autor y tutor respectivos de TFG sobre el Sáhara Occidental. Universidad de Granada.

Por Adam Lamaallem Aisa y Fernando Meliveo Benchimol.

En la reciente y todavía no acabada crisis entre Marruecos y España (hay que situar al país magrebí en primer lugar porque el promotor de la crisis es él), ya hemos vivido algunas entregas, siendo la última y más lacerante la utilización por el país vecino del espíritu migratorio de su propia población – intrusión a Ceuta- para sus propios fines de política internacional. Sabemos que el fin no justifica los medios y además que éste hecho denota dos cosas:  una  especial  falta  de  moral  del  gobierno  marroquí  al utilizar y arriesgar la vida de su gente para un propósito internacionalmente ilegal (igual o peor en el caso de Canarias) y por otro lado, las ganas de los ciudadanos marroquíes de salir de su país, no para invadir nada, sino para simplemente buscar un futuro mejor en otro país donde se respeten los derechos humanos más que en el suyo, en donde se respetan bien poco. Se puede decir ya claramente que esta “maniobra” del gobierno marroquí ha tenido un efecto boomerang contra sus propios intereses y sobre todo contra su propia imagen internacional. Como prueba de lo anterior, la crisis ya no es entre Marruecos y España, sino entre aquél y la Unión Europea, extensión ésta que desquicia las intenciones marroquíes, con condena expresa recientemente a Marruecos del Parlamento Europeo y con la defensa  clara por la UE de las dos ciudades españolas/europeas en el norte de África. Dicho en palabras de un ilustre arabista, Marruecos ha dado al mundo la imagen de “un país del que nadie se puede fiar”. Mucho más teniendo en cuenta que es el Estado garante en la zona de los acuerdos internacionales sobre migración firmados en Marraquech.

 Pero no podemos olvidar que el motivo de la “agresión” del gobierno marroquí a las fronteras españolas ha sido el considerar como una “afrenta” la entrada en España por razones humanitarias del líder del Frente Polisario. Y en éste sentido, se han escuchado voces, incluso dentro de España, que han tildado dicho hecho como inoportuno por parte de España o incluso que “nuestro país ha irritado con ello innecesariamente al gobierno marroquí”.  Pues bien, así las cosas creemos que se debe dejar claro el rol internacional del Frente Polisario, un movimiento de liberación nacional que, como algunos otros, goza de la cualidad de sujeto internacionalmente reconocido de acuerdo al derecho internacional. Y lo que es más importante, es un sujeto internacional legitimado ante el Tribunal de Justicia de la Unión Europea,  tal  como  se  refleja  en  la  jurisprudencia  de  éste Tribunal, en donde encontramos una primera Sentencia de 10 de diciembre de 2015 (Tribunal General) en la que se le reconoce legitimación activa respecto a la impugnación de los acuerdos comerciales sobre recursos del Sáhara Occidental llevados a cabo entre la Unión Europea y Marruecos, sin la intervención del Frente Polisario y por tanto, sin que dichos acuerdos redunden en beneficio del pueblo saharaoui.  Existiendo otras resoluciones del TJUE posteriores, como la de 21 de diciembre de 2016, en la cual se especifica que el Sáhara Occidental “no es territorio marroquí”     y  que  no  deben  aplicarse  dichos  acuerdos comerciales (y para que veamos las “sutilezas” del terreno internacional, en éste asunto España se puso a favor de la posición Marroquí, debido a los intereses de las empresas españolas   que   operan   en   la   zona).   También,   sin   ánimo exhaustivo, tenemos que citar la importante sentencia del TJUE que se espera inminentemente, respecto al recurso presentado por el Frente Polisario en cuanto a los acuerdos de pesca UE-Marruecos, acuerdos que afectan por supuesto, a las aguas costeras del Sáhara Occidental.

Expuesto lo anterior, ¿por qué debería España pedirle permiso a nadie para que entre en nuestro país un representante de un movimiento de liberación nacional reconocido internacionalmente y especialmente en la UE?   La respuesta a esta pregunta ya está implícita en la posición mostrada por Alemania a Marruecos en relación al Sáhara Occidental, con crisis incluida, y en donde se está demostrando que Marruecos se ha sobreestimado internacionalmente después de su “toma y daca” con Trump.

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Redacción

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