Marruecos ha conmemorado este miércoles 25 de octubre (09 de Rabii II 1445 de la hégira) el vigésimo quinto aniversario del fallecimiento del Rey Hassan II, “una ocasión para que el pueblo marroquí rinda un vibrante homenaje al fundador del Estado moderno y al Rey constructor, que dejó su huella en la historia contemporánea del Reino”, según ha informado la agencia oficial de noticias marroquí MAP.
Esta conmemoración, que se produce a pocos días de la celebración del 48º aniversario de la Marcha Verde, “ilustra la voluntad de un pueblo de apropiarse de su historia y de saludar el espíritu de un Rey visionario que supo guiar a Marruecos hacia la modernidad preservando su identidad plural y su civilización milenaria” ha añadido la citada fuente.
Según ha recogido la MAP, desde su entronización en 1961, “el difunto SM Hassan II ha respetado escrupulosamente las bases sentadas por su venerado padre, el difunto SM Mohammed V, y ha cimentado sus bases, emprendiendo obras de edificación y unificación que han dado a Marruecos una posición privilegiada en el concierto de las naciones y le han permitido consolidar su estabilidad, emprender la vía del desarrollo y completar su integridad territorial”.
Al respecto, ha subrayado que “fue bajo el reinado del difunto SM Hassan II, que Marruecos pudo completar su independencia nacional y su integridad territorial con la recuperación de las provincias de Sidi Ifni (el 30 de junio de 1969) y Ued Edahab (el 14 de agosto de 1979)”.
A su juicio, “la clave de bóveda de esta gloriosa labor de consolidación de la unidad nacional fue, sin duda, la organización de la Marcha Verde, el 6 de noviembre de 1975, una obra pacífica y una epopeya memorable escrita con letras de oro en los anales de la historia de la humanidad, como planteamiento y modelo para la resolución pacífica de los diferendos”.
Según la agencia oficial de noticias marroquí, “visionario y estratega fino, el difunto Rey tomó consciencia, desde los primeros años de su reinado, de la importancia de construir una economía nacional independiente, sólida y resistente, iniciando en 1966 la «política de las presas», que el difunto Soberano convirtió en la obra de su reinado. Esta política demostró ser muy útil particularmente durante los ciclos recurrentes de sequía y escasez de agua experimentados por Marruecos y varios países de la región, años después”.
Para la MAP, este programa pionero, junto con una política agrícola ambiciosa basada en el riego, ha establecido definitivamente la vocación agrícola de Marruecos y ha hecho de este sector una palanca para el desarrollo global.
Además del crecimiento económico, ha proseguido la citada fuente, el difunto Soberano estaba ansioso por garantizar el bienestar social de los marroquíes y preservar los valores de cohesión, solidaridad y ayuda mutua característicos de la sociedad marroquí. Con este fin, ha lanzado proyectos estratégicos centrados, entre otras cosas, en la promoción de los derechos de las mujeres, la consolidación de la institución familiar, el desarrollo de viviendas sociales y el respeto de los derechos humanos y del pluralismo.
En el plano externo, la MAP ha destacado que “el carisma, la perspicacia, la apertura mental y la cultura general del difunto SM Hassan II le valieron el respeto y la admiración de los líderes y jefes de Estado”.
La agencia de prensa ha resaltado que “bajo su sabio liderazgo, Marruecos ha forjado un lugar especial en el concierto de las naciones, ha podido hacer oír su voz en los diversos foros internacionales y ha desempeñado un papel pionero en muchos asuntos regionales e internacionales de gran importancia, como el conflicto árabe-israelí, el problema de Al Qods (Jerusalén), las misiones de paz de la ONU en África y la creación de la Unión Africana y la Unión del Magreb Árabe (UMA), entre otras”.