La portavoz de la Casa de Melilla en Toledo, María Ramírez, ha regresado a la ciudad que le vio nacer junto con su marido e hija, donde asegura que ha disfrutado al máximo de tres días, jornadas que ha calificado como maravillosas y cargadas de buenas emociones
Según ha explicado, ‘fui a Melilla el pasado fin de semana’. María Ramírez ha descrito su tierra como ‘más bonita que nunca’ después de cinco años sin pisarla. Ha observado que Melilla está ‘más limpia y muy bien engalanada’ para las fiestas navideñas. Ha mencionado que estos tres días han sido escasos para que su hija recordara lo que vio hace más de 30 años.
La portavoz ha recordado el ‘gran ventanal de la casa donde nací’, en la calle Palencia número 7 de su barrio del Real. Ha evocado el paseo de la calle Legión, el mercado y la iglesia donde fue bautizada y realizó su primera comunión.
Según ha explicado, su familia se trasladó a Oujda debido a un trabajo de su padre, donde aprendió su segundo idioma, el francés. En 1965, María Ramírez se trasladó a Madrid, donde se casó y formó su familia. Aunque se siente ‘casi madrileña’, ha afirmado que no olvidará nunca a Melilla, la ciudad que le vio nacer. Ha destacado que, a pesar de su tamaño, es ‘muy importante’ para ella, ya que allí vivió sus primeros años llenos de felicidad.
María Ramírez ha resaltado que Melilla tiene un ‘encanto especial’, un ‘arte modernista inimitable’ y una ‘ciudadela impresionante’. También ha mencionado su ‘clima envidiable’ y la ‘gente muy amable y maravillosa’. Ha concluido que ‘quien la conoce no la puede olvidar’, y ella no es una excepción.
