Carta del Editor. MH, 1/5/2024
Enrique Bohórquez López-Dóriga
Ayer el Editorial de nuestro periódico, basándose en la ilustración de mi última Carta del Editor, resumía: “La ilustración que acompañaba la Carta del Editor del periódico MELILLA HOY, Enrique Bohórquez López-Dóriga, publicada el pasado sábado 27 de abril, ha sido premonitoria de lo que iba a suceder este lunes 30. En la misma se veía a un Pedro Sánchez sujetando su libro “Manual de Resistencia” y amenazando con tirarse al mar mientras era sujetado por Arnaldo Otegui (EHBildu), Carles Puigdemont (Junts), Gabriel Rufián (ERC), Yolanda Díaz (Sumar) y Aitor Esteban )PNV), con la atenta mirada de su esposa Begoña Gómez”.
Comprobar quienes son los que sujetan y sustentan a Sánchez -los líderes políticos de EHBildu, Junts, ERC, Sumar y PNV- es, para España, aterrador
La ilustración -que no la hago yo- era, es, ciertamente fantástica, y comprobar quienes son los que sujetan y sustentan a Sánchez -los líderes políticos de EH Bildu, Junts, ERC, Sumar y PNV- es, para España, aterrador. Conviene considerarlo y recordarlque los que sujetan a Sánchez son los que pretenden romper España. Que se hable de democracia y de libertad con este equipo es el colmo de la tomadura de pelo al pueblo español. Modernizando la famosa pregunta de Cicerón a Catilina, deberíamos repetir: ¿Hasta cuando, Sánchez, seguirás abusando de nuestra paciencia?
El amado líder, Kim Jong-un (perdón, quise escribir Pedro Sánchez, pero se me desvió la memoria) ha decidido quedarse, como muchos españoles -yo incluido- pronosticamos. Ha hecho el ridículo, nacional e internacional, y ha obligado a todos sus perros (la denominación no es mía, sino de algunos/as de sus más “fieles perros”) a ridiculizarse aún más. Quizás ellos se lo merecen, pero la inmensa mayoría de los españoles, España como nación, no nos lo merecemos.
El amado líder, Kim Jong-un (perdón, quise escribir Pedro Sánchez) ha decidido quedarse, como muchos españoles -yo incluido- pronosticamos
La permanencia de Pedro Sánchez como primer ministro (según la denominación anglosajona de su cargo) agudiza en España la tensión entre el hambre de libertad personal (la única libertad que existe) y las fuerzas de la inhibición, que es ese componente de los sistemas de regulación, psicológicos o fisiológicos, que actúan en los seres vivos. Inhibir es prohibir, estorbar, impedir el ejercicio de facultades o hábitos; abstenerse, dejar de actuar. Podemos prepararnos para sufrir, con este ridículo y patético Sánchez, el triunfo de las inhibiciones, de las prohibiciones, del comunismo mezclado con el separatismo, la ruptura de España.
En el caso concreto de Melilla que Pedro Sánchez “se quede” es una pésima noticia, como lo fue que Rodríguez Zapatero -otro enamorado de Sánchez- llegara a la presidencia tras los atentados de Atocha del 11-M de 2004, que beneficiaron a Marruecos
Me viene a la memoria que leí que en 1794 Immanuel Kant recibió una orden oficial del rey de Prusia, un reconocido “demócrata”, como Sánchez. Decía así: “Nuestra excelsa persona ha tenido gran disgusto al ver cómo hacéis mal uso de la filosofía para socavar y destruir muchas de las doctrinas de las Sagradas Escrituras. Exigimos de vos una rendición inmediata y esperamos que en el futuro no deis más motivos de acusación, sino, de acuerdo con vuestro deber, utilicéis vuestros talentos para hacer que nuestro propósito paternal pueda volverse real. Si seguís oponiéndoos a esta orden, podréis esperar consecuencias desagradables”. No pretendo compararme con Kant, pero, tras escuchar las razones esgrimidas por Sánchez para justificar su “me quedo”, me doy por advertido, como lo están todos los españoles que no adoren, como perros, a Kim Jong-un (perdón, quería decir a Pedro Sánchez).
En el caso concreto de Melilla que Pedro Sánchez “se quede” es una pésima noticia, como lo fue que Rodríguez Zapatero -otro enamorado de Sánchez- llegara a la presidencia tras los atentados de Atocha del 11-M de 2004, que beneficiaron a Marruecos: se les empezó a entregar el Sahara, se supo que gente muy importante del PSOE (incluyendo a Felipe González) hacía “negocios” con Marruecos, se agudizó la presión marroquí sobre Canarias y sobre Ceuta y Melilla. Hoy, 20 años después, ya con Pedro Sánchez, lo que entonces empezó, la rendición ante Marruecos del Gobierno de España, es mayor y más evidente. Y para Melilla y Ceuta, más dramático.
