Muy abrigados para hacer frente al fuerte viento de poniente, los niños melillenses no pidieron la oportunidad de dar la bienvenida en el puerto deportivo a los Reyes Magos de Oriente que, un año más, vuelven a Melilla para repartir ilusión y regalos. El mal tiempo impidió que sus majestades pudieran completar el paseo por la dársena melillense acompañados por otras naves de recreo de la ciudad, sino que desde la embarcación que les trajo a la ciudad, perfectamente atracada, Melchor, Gaspar y Baltasar saludaron a los melillenses, para después, completar en coche, el trecho hasta la marina seca donde fueron recibidos por los niños melillenses y por el presidente de la Ciudad Autónoma, Juan José Imbroda, que les dio las gracias por volver un año más a Melilla y repartir alegría y felicidad entre sus gentes. Le acompañó el viceconsejero de Festejos, Francisco Díaz.
Acto seguido, los regios invitados de Oriente se acercaron a los congregados en la dársena, que los llamaban a voz en grito buscando un saludo. Los Reyes precisaron de la custodia de la Policía Local y Nacional para abandonar el recinto en sus coches oficiales. A su salida, repartieron besos, abrazos y caramelos, y no les importó que más de uno le tirase de las regias barbas para recibir algo de atención.
