Silencio como muestra de repulsa contra la barbarie terrorista. Banderas a media asta como señal de solidaridad hacia las víctimas que han dejado los últimos atentados atribuidos al DAESH en Bruselas. Símbolos que estaban ayer representados en la Plaza de España, donde las principales autoridades de la Ciudad Autónoma, la Asamblea y la Administración General del Estado se concentraron junto a algunos melillenses que quisieron sumarse a las numerosas concentraciones que ayer se sucedieron en el país al mediodía. “Los melillenses también somos belgas, como todos los españoles también lo somos”, afirmó el presidente del Gobierno local, Juan José Imbroda, para resumir el sentir generalizado en nuestra ciudad tras la explosión de las bombas en el corazón de Europa. Y de nuevo, como en otras ocasiones anteriores, reclamó actuar contra el problema atacando a los terroristas “decididamente, cueste lo que cueste”. “Allá donde estén hay que ir a por ellos y acabar”, aseveró Imbroda tras el minuto de silencio, que en vez de la puerta del Palacio de la Asamblea, como se ha hecho tradicionalmente, tuvo lugar en la Plaza de España debido al perímetro de seguridad establecido en el edificio consistorial tras el terremoto. El presidente melillense pidió la unidad de la “gente de bien”, que en su “inmensa mayoría” quieren “acabar con estos canallas”.
Por eso Imbroda defendió que todos los países occidentales tomen las medidas necesarias “sin ningún tipo de susceptibilidad” para conseguir ese objetivo. “Hay que ir a por todas, decididamente, cueste lo que cueste y con todas las armas que tienen las potencias occidentales para acabar con estos canallas que quieren subvertir un orden democrático y de paz por lo que es matar por matar sin ningún tipo de sentido”, reclamó el presidente de la Ciudad Autónoma. Los terroristas, dijo, son “mucho peores que las alimañas” porque “su razón de vivir es matar, que es lo más abyecto que puede tener un ser humano, por llamarlo de alguna manera”.
El presidente melillense aprovechó su declaración ante los medios de comunicación para incidir en su mensaje de que los atentados no suponen “una confrontación del mundo contra el Islam”, como algunos intentan hacer ver. “Es incierto, es mentira”, señaló al exponer como dato que el 87% de las víctimas de los atentados son de confesión islámica.
En este sentido, reclamó que todo el mundo, “musulmanes y no musulmanes”, deben estar unidos y “acabar con aquellos que no son nada, que se refugian en un Islam retorcido que no existe para satisfacer sus sanguinarios deseos, que es matar”.
“No van a amedrentarnos”
También el delegado del Gobierno, Abdelmalik El Barkani, dio su opinión ayer al asegurar que los terroristas no van a conseguir su objetivo. “No van a amedrentarnos, a impedir que sigamos intentando vivir en libertad y con armonía”, afirmó El Barkani. Por ello, reiteró el “rechazo completo” expresado tras otros atentados anteriores de los yihadistas, cuya acción “no tiene nada que ver con el Islam”.
Es, a su juicio, “una atrocidad y una barbaridad”, y mostró la solidaridad de los melillenses hacia el pueblo belga por la “pérdida torpe de la vida de 30 personas y muchísimos heridos” que dejan las bombas de Bruselas.
