Medio centenar de inmigrantes sirios acogidos en el Centro de Estancia Temporal de Inmigrantes (CETI) se concentraron ayer en la Plaza de España para pedir que los trasladen a la península, solicitud a la que algunos de ellos quisieron dar más fuerza empezando una huelga de hambre. El grupo aseguró que seguirán a lo largo de los próximos días con las protestas porque consideran que los traslados no se están dando con un criterio justo, ya que algunos de ellos llevan ya un tiempo en el CETI y han visto salir a la península a inmigrantes que llegaron más tarde. Algunos de los inmigrantes llevaban pancartas en varios idiomas para denunciar su situación. Según explicaron a los periodistas, han intentado hablar con el director del CETI y con la trabajadora social, pero no los han querido atender. Por eso decidieron empezar con las protestas, que mantendrán a lo largo de los próximos días. Sin embargo, la Policía Nacional y la Policía Local, que estaban desplegados en la Plaza de España, les hicieron saber que no podían quedarse allí al no ser una concentración autorizada.
El Barkani pide prudencia
El delegado del Gobierno, Abdelmalik El Barkani, pidió ayer información a la Policía sobre el motivo de la protesta del colectivo sirio, que se ha convertido en el más numeroso de cuantas nacionalidades hay presentes en el CETI. Según los datos de la Delegación, hay cerca de 800 inmigrantes sirios en el centro. A todos ellos, El Barkani pidió “muchísima prudencia y paciencia” ante su deseo de tener “una salida rápida a la península”. “Está dándole acogida un país, España, porque son merecedores de una atención internacional, muchas veces sin solicitud de asilo”, subrayó el delegado del Gobierno antes de asegurar que España “les va a ayudar y facilitar su estancia fuera de su país, que ya es una desgracia enorme”. Sin embargo, dejó claro que “las cosas no se pueden hacer por la fuerza y mediante protesta”, ya que “todo lleva su trámite”. De hecho, subrayó que hay otros inmigrantes que llevan más tiempo sin que hayan salido de Melilla, ya que en este asunto intervienen cuestiones de índole documental y sanitaria que retrasan la salida y que no se agilizarán mediante “coacción y protesta”.