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“Los graduados sociales juegan un papel clave para las empresas porque la normativa laboral está en constante evolución”

Entrevista a Eduardo Ruiz Vegas, presidente del Excmo. Colegio Oficial de Graduados Sociales de Málaga y Melilla

En nuestra ciudad hay una veintena de graduados sociales, una profesión algo desconocida para gran parte de la población. Entrevistamos al presidente del colegio profesional que engloba al gremio en Málaga y Melilla para conocerlo más de cerca.

  • Existe cierto desconocimiento entre los ciudadanos sobre las funciones de los graduados sociales. ¿Nos puede explicar en qué consiste su trabajo?
  • Es muy importante conocer los orígenes para identificar nuestra profesión. Se inicia a principios del siglo XX con la industrialización en España, cuando se crean las normas de Seguridad Social. A partir de ahí, se genera una profesión que se dedica a gestionar, a entender, a estudiar y a aplicar las normas de Seguridad Social, las normas del Derecho del Trabajo y en la última década se han incorporado los recursos humanos. De todo esto, ahora mismo existe el grado universitario Relaciones Laborales y Recursos Humanos, que es el que habilita para ejercer como graduado social, que es una profesión especializada en el mundo del trabajo, en el mundo del Derecho del Trabajo, en el mundo de las relaciones laborales y en el mundo de la Seguridad Social y prevención de riesgos laborales. Digamos que es una rama del Derecho especializada en Derecho del Trabajo, que ya de por sí es una rama muy compleja y necesita una especialización muy determinada. Por eso se crea y existe esta profesión.

  • ¿Cuántos graduados sociales hay en Melilla? ¿Es un número suficiente para el volumen de trabajo que tienen en la ciudad?
  • En Melilla, con unos 84.000 habitantes que tiene, hay ahora mismo una veintena de graduados sociales que ejercen la profesión. Están desarrollando un trabajo bastante intenso y, en principio, no tenemos ninguna queja de que haya déficit de atención, por lo que pensamos que la proporción, ahora mismo, es bastante adecuada.

  • ¿Cuáles son las problemáticas a las que se enfrentan en Melilla los graduados sociales? ¿Condiciona mucho el hecho de ser una ciudad fronteriza?
  • La especialización de los graduados sociales lleva aparejada la cuestión de los permisos de trabajo, que es algo que tratan mucho los compañeros en Melilla, ya que se dan relaciones laborales en las que la empresa necesita regularizar o incorporar en su empresa a trabajadores que no son comunitarios. Y no solo porque la empresa lo pida, sino porque también hay situaciones de arraigo de personas que llevan tiempo trabajando en el territorio nacional. La reforma de la Ley de Extranjería recoge tres supuestos de arraigo, que es el arraigo social, el arraigo laboral y el arraigo formativo. A través de las gestiones de los graduados sociales se puede incorporar a muchas personas a esa residencia legal. En los juzgados de lo social también hay una actividad muy intensa de los graduados sociales con la especialidad del derecho del trabajo, donde hay muchos pleitos relacionados con la Seguridad Social, despidos, reclamaciones de cantidades, accidentes laborales, etc.

  • ¿Se han encontrado los graduados sociales con un aumento de la carga laboral a raíz de la reapertura de la frontera?
  • Efectivamente. Hay cuestiones muy concretas, como el trabajador transfronterizo, de las que también se ocupan los graduados sociales, que están muy pendientes de ese tipo de casos. Al abrirse la frontera, se han encontrado con casos de prestaciones de Seguridad Social, desempleo… cuestiones que entran a formar parte de la especialidad que trabajamos los graduados sociales.

  • ¿Cree que los requisitos que se piden a los trabajadores transfronterizos para obtener el permiso de trabajo podrían provocar un aumento de trabajadores irregulares o casos de explotación a inmigrantes que han sido detectados por la Inspección de Trabajo?
  • La reforma del Reglamento de Extranjería facilita la obtención del permiso de trabajo. No pone más trabas que antes, sino que pone menos, fundamentalmente para intentar solventar cuellos de botella que se generan cuando hay requisitos que son, quizás, demasiado estrictos. Ahora, con la reforma del reglamento, se suaviza un poco con la idea de que de que el ciudadano irregular, siempre que cumpla los requisitos en los tres tipos de arraigo que comentaba antes, tenga mayor facilidad de incorporarse a la legalidad y, de esa manera, evitar economía sumergida, desprotección de los trabajadores y mejorar también la vida de los trabajadores que, al final, es lo que más importa: que sean personas que trabajen dignamente en el territorio nacional.

  • ¿Qué efectos están notando en Melilla los graduados sociales tras la reforma laboral, que está cerca de cumplir su primer año? ¿Está solucionando problemas o necesidades que tuviera el mercado laboral o tejido empresarial de la ciudad, o aún quedan flecos pendientes?
  • Fundamentalmente, la conversión de contrato temporal en contrato fijo discontinuo. Esa es la principal novedad y el mayor cambio que se ha producido en el mercado de trabajo en el sentido de la contratación. Los contratos temporales de obras y servicios desaparecieron con la aprobación de la reforma y los contratos eventuales por circunstancias de la producción, muy utilizados por la hostelería y el comercio, se han visto reducidos a la mínima expresión porque son por causas muy específicas y muy delimitadas. La mayor parte de esos contratos se han transferido a los contratos fijos discontinuos si no son relaciones laborales que no son de un año completo. Esa ha sido la mayor transformación, no solo en Melilla, sino en todo el territorio nacional.

  • Los graduados sociales también se encargan de tramitar prestaciones. Con la crisis y subida de los precios, ¿han notado un aumento de solicitudes por una posible mayor dependencia de estas ayudas en estos tiempos complejos?
  • En el conjunto de España hemos tenido un pico enorme de prestaciones con la pandemia derivado de la aplicación de los ERTE. También suele haber un repunte cuando terminan las épocas de más contratación estacional y los fijos discontinuos se desactivan para pasar a la situación de desempleo. Esto es algo que suele ocurrir de manera cíclica en la economía de nuestro país por el turismo, la hostelería y el comercio, y en intervienen también los graduados sociales. Ocurre en toda España, también en Melilla.

  • Imagino que los graduados sociales también tienen una relación estrecha con las pequeñas y medianas empresas (pymes), que son el principal motor de la economía española.
  • Sí, en España en general, y también en Melilla, las pymes son las que realmente generan empleo. Los graduados sociales asesoramos al 80 % de las pymes en el territorio nacional, por lo que tenemos un conocimiento muy cercano. Son las que generan la economía, las que contratan y las que priman en nuestra economía. Una de sus problemáticas ahora es adaptar la contratación a la reforma laboral. A las empresas les está costando un poco de trabajo porque no están acostumbradas a tener tanto personal indefinido y siempre han estado más con los contratos eventuales. Así ha sido de manera tradicional y cambiar esa cultura de años en la contratación es una adaptación que crea problemas, pero los graduados sociales siempre estamos asesorando a las empresas e indicándoles qué camino deben seguir porque deben cumplir la norma y porque la estabilidad en el empleo también es estabilidad en la empresa y es un elemento muy a tener en cuenta.
    Otras problemáticas especiales de actualidad son la adaptación a los planes de igualdad, a los registros retributivos, a los registros de horario que, aunque no es nuevo, sigue costando algo de trabajo… En definitiva, toda la normativa nueva a la que la empresa se tiene que adaptar, es imprescindible que se informen bien y lo gestionen bien para evitar sanciones y porque la empresa debe dar un paso al frente y modernizarse. Esa normativa nueva necesita de una profesión especializada y, en ese sentido, los graduados sociales estamos siempre de la mano de los empresarios.

  • ¿Y a las empresas de Melilla les está costando especialmente, o es algo generalizado en todo el país?
  • Creo que es al final, a todas las empresas les cuesta adaptarse. El tema de horarios, registros de jornada, planes de igualdad, protocolos de prevención del acoso… son novedades que el empresario se ve también desbordado porque sacar su empresa adelante, con una prosperidad que le permita salir a flote, es ya más que una tarea difícil. Y la adaptación a la normativa es algo que lo dificulta aún más.
    Al final, la empresa necesita un apoyo y un asesoramiento especializado que le dé la salida y las soluciones para poder adaptarse, porque sí o sí se tienen que adaptar a la norma. Cuanto mejor se oriente, se organice y se prepare la empresa, mejor irá sorteando esas dificultades y será un poco la prosperidad de la empresa en la que al final se verá beneficiada.

  • Ahí me imagino que el graduado social juega un papel clave.
  • Sí, porque estamos permanentemente estudiando las novedades, no paran de publicarse boletines y saltar a los medios de comunicación… Si no hay detrás un profesional especializado, estudiando y mirando cada detalle de lo que se publica, es difícil para las empresas.

“Para que los transfronterizos pudieran cobrar el desempleo, habría que cambiar la norma para que la prestación sea exportable”

  • El Plan Integral de Desarrollo Socioeconómico, aprobado por el Consejo de Ministros a finales del año pasado, apunta la posibilidad de que las trabajadoras de hogar transfronterizas puedan cobrar el paro, que es una reivindicación de los trabajadores transfronterizos desde hace años. ¿Desde el Colegio de Graduados Sociales ven factible esa equiparación a los trabajadores nacionales?
  • Ahí hay un pequeño problema, y es que la prestación por desempleo no es exportable, no se puede sacar fuera del país. Esa es la gran limitación. Si un ciudadano español está en desempleo, cobra su prestación en territorio nacional. Y si te vas fuera, hay una serie de limitaciones, según el tiempo y la causa de la salida, entre otras. Básicamente, la cuestión sería que tendría que cambiar la norma en el sentido de que sea exportable la prestación. Ahora mismo no lo es.

“Melilla y Málaga tienen una conexión muy buena a través del Colegio porque hacemos muchísima formación online”

  • ¿Qué retos se ha marcado el Colegio de Graduados Sociales de Málaga respecto a Melilla?
  • Los objetivos es modernizar lo máximo posible los servicios del Colegio, que el colegiado tanto en Melilla como en Málaga tenga los servicios disponibles para que su trabajo sea lo más fácil posible, y en eso es muy importante que vaya de la mano de las nuevas tecnologías. Melilla y Málaga tienen una conexión muy buena a través del Colegio porque hacemos muchísima formación online, cosa que para los compañeros de Melilla es muy importante porque no tienen que desplazarse a la península para poder tener esas sesiones.
    La formación es fundamental porque no nos dejan respirar con tantísima normativa, con lo cual tenemos que estar muy encima de la formación como punto principal y tecnificar lo máximo nuestro Colegio para que todos los colegiados, incluso los que están al otro lado del Estrecho, que tengan toda la información posible para atender a sus clientes y que al final puedan ofrecerles el servicio más adecuado posible. Por eso tenemos bastantes retos. La actividad del Colegio es muy intensa y siempre tenemos esa dificultad de la distancia con Melilla, pero adaptando los servicios del Colegio a las nuevas tecnologías, creo que estamos dando cada vez un mejor servicio a los graduados sociales de Melilla y, por extensión, a los ciudadanos melillenses.

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Redacción

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