La Consejería de Políticas Sociales ha animado a los beneficiarios a que soliciten dicha ayuda antes del 31 de diciembre, cuando expira el plazo, para tramitarla y concederla lo antes posible. – El presupuesto total de la partida asciende a 300.00 euros
Los enfermos neurológicos y sus familias ya pueden solicitar a partir de hoy las ayudas que ha aprobado recientemente la Ciudad Autónoma de Melilla y que ascienden a 18.000 euros anuales como máximo para cada beneficiario.
La medida, que se pondrá solicitar hasta el 31 de diciembre, está dotada con una partida de 300.000 euros para ayudas de todo tipo, siendo la principal la del “respiro familiar” y un capítulo especial irá destinado a los enfermos de ELA.
Aunque el plazo acaba dentro de un mes, desde la Consejería se ha animado a los beneficiarios a que lo soliciten antes del 31 de diciembre para tramitarlo y concederlo lo antes posible. La medida es con carácter retroactivo desde el 1 de enero de este año.
“Estamos aquí para ofrecer apoyo, acompañamiento y alivio en la medida de nuestras posibilidades”, ha declarado en rueda de prensa la consejera de Políticas Sociales, Randa Mohamed, que ha subrayado que esta iniciativa es “una herramienta de dignidad, de justicia y pensada para mejorar la calidad de vida de las familias”.
Objetivo
El objetivo principal de la misma es mejorar la calidad de vida de los enfermos y de las familias “facilitando su atención, autonomía y el descanso imprescindible de aquellos cuidadores que, día a día, hacen lo imposible para sacarlos adelante”.
Beneficiarios
Pueden ser beneficiarios de este tipo de ayudas los enfermos que padezcan una dolencia neurológica grave como puede ser la Esclerosis Lateral Amiotrófica (ELA), cuya realidad es “muy complicada”, cualquier persona que pueda sufrir un ictus, o cualquier enfermedad que suponga un trastorno neurodegenerativo importante.
Al final, explica, se trata de ayudas individualizadas pensadas para estar adaptadas a la realidad de cada enfermo y que “reflejan la realidad”, Es por eso por lo que incluyen asistencia personal para facilitar la autonomía del acceso a la educación, empleo, formación “y que no sea solo una carga para las familias”. También incluye servicio de acompañamiento y apoyo prestado por entidades acreditadas para otorgar respiro familiar a los cuidadores, o tratamientos de rehabilitación, entre otros.
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