Hay quien dice: “Yo creo en Dios, pero no creo en los curas”. Yo digo: “Creo en los curas y no creo en Dios”. Y no es ninguna irreverencia mi opinion. Para mí, Dios no es cuestión de credo. Se cree en aquello en lo cual existe la duda. Para mí la Divinidad, no es dubitable ni cuestionable. Rebasa mi propio ser. Ella Es. Yo no.
Por eso creo en los curas, porque veo que más allá de su presencia humana. Más allá de sus errores, defectos, dudas, comportamientos históricos, etc…Existe una fuerza inmensa que les da y nos da, la gran razón de su existencia ajena al tiempo y dentro del mismo tiempo. Los curas, hombres como los demás, pero lo que exponen cada día, con mayor o menor fortuna, o mejor o peor explicación, eso es algo que les rebasa su pequeña talla de seres humanos. Por eso creo en ellos. Porque los veo más allá de mis ojos, alimentados por mi propia ignorancia y egoísmos. Más allá de mi propia pequeñez y torpeza, lo cual me aconseja, que la Iglesia no es solo un manantial de vida para el hombre, sino también, un trabajo propio, por llegar a descubrir ese manantial.
Dios no funda esa razón, en una cohorte celestial. Creo, que en eso, consiste también su grandeza y, amor a lo humano. Se hace hombre y deja a los hombres, -confía en ellos- que busquen su razón entre ellos mismos. Los orienta con su Ley, pero nos da la libertad de entendernos entre nosotros mismos. No somos autómatas, Tenemos algo mucho más valioso que un simple mecanismo…”Lo que perdonéis será perdonado”…Lo que os perdonéis…os será perdonado… Lo que os perdonéis .Porque en ello reside vuestra hermandad. Y VUESTRO AMOR…”Amaos los unos a los otros, como Yo, os he amado” Os he dado un ejemplo. Sin venganzas. Sin rencores…
Nosotros no podemos ofender a Dios. ¿Quiénes somos nosotros para creernos con ese poder, si ni siquiera sabemos Quien ES, NI Que Es? ¿Cómo se puede ofender ni halagar lo que no se conoce? Nosotros nos ofendemos a nosotros mismos. Cuando nos apartamos de la LEY Sagrada -Orden establecido, para que seamos No para que estemos – Nos humillamos, nos herimos, nos robamos la dignidad y los alimentos. Nos negamos la vida y la honra, cuando olvidamos, lo que El nos indicó, para construcción nuestra. No para que le temamos. Ni para que intentemos determinarlo “Soy el que Soy” No hay más explicaciones. Pero el arcángel grita: ¿Quién como El?…….
Por eso, entre nosotros tiene que nacer el entendimiento, la hermandad y el amor. Tal vez sea esa, la única imagen que se nos otorga de su presencia inconcebible Porque en ella, no solo se nos muestra un diseño. Más bien toda una construcción.
Mientras tanto, los curas, siguen manteniendo la esperanza en la unificación humana, a pesar de sus defectos y debilidades, perdonándonos los unos a los otros, a través del mensaje de Jesus -presencia del dios hecho hombre, en busca del hombre hacia el Dios, entendible y amado por el hombre- Jesus. Aquel, que un día, trajo su conocimiento, su entrega y su cordialidad, elevando la Tierra con su luz, más allá de su oscura presencia planetaria.
Buenos días y buena conducta
