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Los beneficiarios del IMI podrían realizar trabajos a la comunidad en su plan de inserción

Daniel Ventura, consejero de Bienestar Social

El consejero de Bienestar Social, Daniel Ventura, realiza un balance positivo del año 2016 desde el momento que «se han logrado mantener las ayudas sociales» para atender a una población de peticionarios cada vez mayor. Aún así, reconoce pocos avances en la política de menores y lamenta que los grupos de la oposición y alguna ong se hayan interesado más en sacar rédito con este tema, que en aportar propuestas. En cuanto a los proyectos para 2017, anuncia que los beneficiarios del IMI podrían realizar trabajos en favor de la comunidad dentro del proyecto personal de inserción. Otros proyectos son el centro de asesoramiento familiar y la incorporación de la equinoterapia, la caninoterapia y la reflexoterapia en la carta de servicios de la Granja Escuela.

-A bote pronto, ¿qué balance hace del recién concluido 2016?
-El año ha sido bastante positivo en cuanto a objetivos cumplidos y sobre todo porque se ha mantenido muchísimo lo que es el nivel de actividad de la Consejería, ello siempre gracias al funcionariado que lo hacen posible a pesar del volumen impresionante de trabajo que tienen.
Hemos conseguido seguir manteniendo las ayudas sociales y cubrir las necesidades básicas de muchos ciudadanos que han acudido en demanda de ayuda. Creo que a todos los usuarios se les han cubierto, de la mejor manera posible, la necesidades que nos solicitaban. Creo que, en este sentido, se está haciendo un buen trabajo.
En cuanto a menores, hemos hablado mil veces del número tan importante de acogidos y que es superior a la capacidad de la Ciudad, pero los trabajadores están por encima de las limitaciones. Hay que agradecer a los centros de protección de menores la labor que desarrollan porque la administración es consciente de que hacen falta recursos y cuando se dispongan, podremos mejorar las condiciones tanto de los trabajadores como de los propios menores, pero hay que ser conscientes de que los recursos disponibles son los que son y nos tenemos que adaptar a la realidad.
-La política de menores extranjeros no acompañados que ha seguido la Ciudad Autónoma a lo largo de este año no ha estado exenta de crítica, tanto por ciudadanos como por ongs aunque en posicionamientos opuestos. ¿Se ha sentido incomprendido?
-Puedo entender que los ciudadanos no entiendan lo que se hace y que haya quienes aseveren que lo que hay que hacer es expulsarlos sin más, porque es fruto de la frustración, pero lo que no entiendo es que a veces los grupos de la oposición usan este tema como argumentario para intentar obtener una ganancia política. Eso no lo entiendo, ni tampoco a algunas ongs que han trabajado o han intentado colaborar con nosotros pero a las que por encima de los menores, lo que les interesa es lograr un beneficio para la personas o personas que gestionan la organización. Por ese motivo, tanto algunas reacciones de grupos políticos como el funcionamiento de algunas ongs, me ha resultado frustrantes, porque yo venía de colaborar con distintas ongs de forma altruista. Pero no quiero culpar a las ongs, sino a determinadas personas que las representan y que están más interesadas en autorreafirmarse y obtener un beneficio personal que en el trabajo a realizar, y eso es frustrante. Pero me he acostumbrado. También hay ongs que hacen un buen trabajo, que piensan verdaderamente en aportar soluciones, en hacer propuestas.
Por parte de la sociedad melillense, lo entiendo, porque cuando yo estaba fuera tampoco entendía que no se pudiera repatriar a los menores o buscar una solución, pero cuando estás dentro y ves los pormenores de la política de menores, compruebas que no puedes hacer todo lo que quieres, sino que hay cuestiones legales que te impiden hacerlas porque lo fundamental es buscar el bien superior del menor. No hay que olvidar que estamos hablando de niños.
-En este asunto de los menores, ¿vislumbra alguna luz al final del camino en este 2017?
-Lo que se necesita es que el Gobierno de la nación nos aporte mayores recursos económicos para hacer frente a la situación real y actual de los menas (Menores extranjeros no acompañados). Esta mayor aportación es necesaria porque sacamos a concurso el nuevo contrato de gestión del Centro de Acogida de Purísima, acorde a las necesidades actuales de personal por el volumen de acogidos. Esto implica un mayor incremento de plantilla en diferentes categorías para poder atender mejor a los menores.
También hay que hacer obras en Purísima, por ejemplo, para solucionar los problemas de las aguas residuales. Fomento está haciendo un estudio para instalar unas canalizaciones nuevas. Este trabajo hay que acometerlo en este 2017.
-Siempre ha defendido que los menores extranjeros, en especial los marroquíes que son el 90% de los acogidos, puedan ser reintegrados a su país. ¿Alguna perspectiva al respecto?
-Seguimos buscando soluciones a los problemas de los menores. El presidente Imbroda se ha reunido con la vicepresidenta del Gobierno nacional y varios ministros para hablar de la situación actual de Melilla y el tema de los menores. Las conversaciones van en la línea de llevar a cabo, adecuadamente, una repatriación de menores. Tendemos la mano a Marruecos para que colabore con el Gobierno de España y con el de la Ciudad de cara a abrir centros de acogida en suelo marroquí. Es decir, estamos abiertos a cualquier tipo de colaboración que necesiten para que puedan ser repatriados los menores con todas las garantías legales. Se trabaja en ello y se está a la espera de que el país vecino tome cartas en el asunto y espero que este año puedan mejorar las cosas en este sentido, y que haya voluntad por parte de Marruecos para solucionar el problema. Sabemos que son niños, que hay que ayudarlos pero no porque lo diga la ley, sino porque ética y moralmente, tenemos que hacerlo. La administración melillense también tiene su corazón y hace cuando puede para atender a los menores, pero los recursos son limitados. Espero que este año se pueda hacer algo para bajar el número de acogidos.
-Distintas ongs están colaborando o han mostrado su interés en colaborar en la atención de los menores. ¿Qué reportan estas organizaciones?
-Ya colabora con nosotros organizaciones como Save the Children y Médicos del Mundo también quiere hacerlo. Pero hay algunas a las que les interesa más los niños refugiados, como los que llegan de Siria y no tanto o no muestran tanto interés por el resto de menores, pero hay que ayudarles a todos porque aunque no vengan de un conflicto armado, sí que hay niños que están viviendo una guerra en sus propias carnes, como esos niños de la calle que en Marruecos sufren violencia sexual, física y psíquica y presentan secuelas terribles. También es verdad que son una minoría, porque la mayoría de los menores extranjeros no acompañados que nos llegan lo hacen con una planificación por parte de sus familias, que buscan que aquí se eduquen y ayuden a la familia a salir adelante.
-Aunque los peores años de la crisis parecen haber quedado atrás, aún son miles las personas que acuden a Bienestar Social en busca de ayuda. ¿Habrá un refuerzo económico de los programas asistenciales en este nuevo año?
-Lo cierto es que en los últimos años el número de beneficiarios, por ejemplo del comedor social, no ha hecho sino crecer, obligándonos a aumentar los presupuestos cada año. Por ese motivo vamos a sacar a concurso el contrato de los lotes de alimentos del comedor San Francisco para aumentar el número de menús. Si el contrato era de 800, estamos dando comida a más de mil familias, por lo que queremos aumentar a 1.200 menús diarios. El aumento de beneficiarios se debe al hecho de que mientras que en el resto de comunidades durante la crisis hubo un descenso de población, en Melilla ocurrió todo lo contrario. Esto ha provocado un aumento del número de personas en el comedor y de usuarios en los centros de servicios sociales para recibir los programas de emergencia, ayudas básicas o el IMI. Las previsiones económicas de un año para otro lo hacemos no pensando que haya un aumento de beneficiarios, sino fijando en un mínimo el volumen de personas que en el año anterior han recibido alguno de los programas.
Por todo ello, pretendemos levantar una nueva planta encima del comedor para que funcione como banco de alimentos y dar así un mayor servicio a los usuarios. Sería una planta almacén. También pretendemos buscar una nueva ubicación para el centro de servicios sociales del Barrio de la Victoria porque el actual no es accesible.
-¿Repercutirá de alguna forma en la prestación del IMI (Ingreso Melillense de Integración) la recién aprobada subida del salario mínimo interprofesional?
-Esto es algo que tenemos que estudiar, pero ya estábamos trabajando en el nuevo reglamento de ayudas sociales, el de prestaciones, que está casi elaborado y que pretendemos que se apruebe este mismo año. La idea principal de este reglamento es adaptarlo a la situación actual, porque el que tenemos en vigor es de 2002. Queremos que se ajuste al volumen de usuarios de los centros de servicios sociales y a las condiciones y características de las personas atendidas y los programas de los que son beneficiarios. Pretendemos que haya unas 20 ayudas diferentes (al alquiler, leche maternizada, etc.), junto al comedor social y el IMI. Precisamente una de las novedades que incluimos en el reglamento es que las personas que perciben una ayuda económica, tengan que colaborar haciendo trabajos a la comunidad dentro del programa de formación para obtener las competencias necesarias de cara a acceder al mercado laboral. La idea es que los que reciben el IMI participen en cursos con una parte teórica y otra práctica a desarrollar en trabajo a la comunidad.
-¿Cuáles son sus perspectivas para este nuevo año, qué proyectos maneja dentro de las acciones que desarrolla Bienestar Social?
-Pretendemos trasladar el Punto de Encuentro Familiar a unas instalaciones con mejores condiciones que las actuales porque se ha quedado pequeño ante las muchas ex parejas que recurren al servicio. Esto es algo que necesitan tanto los trabajadores como los propios usuarios.
Otro proyecto es el de abrir finalmente en febrero, el centro de asesoramiento integral de la familia. Era una idea sobre la que hemos venido trabajando en el último año y que verá la luz en breve. Tenemos ya el local, en pleno paseo marítimo. El personal que lo atenderá serán psicólogos y trabajadores sociales de la Consejería. Las obras de adecuación se harán cuanto antes. Allí se hará un trabajo de intervención integral con las familias que acudan en busca de ayuda o asesoramiento.
También queremos implantar el programa de equinoterapia en la Granja Escuela y ampliar el número de beneficiarios, y poder hacer otro tanto con el programa de caninoterapia. Asimismo durante los meses de primavera y verano, pretendemos ampliar la oferta de la Granja con un programa de reflexoterapia.
En cuanto al centro de reforma, se va a iniciar los trabajos para crear una zona de aparcamientos y además vamos a renovar por completo el sistema de agua caliente.

-El día 25 se cumplirá un año del terremoto de 6,3 grados que conmocionó a la ciudad y generó importantes daños materiales. ¿Qué balance hace del trabajo desarrollado desde Bienestar Social en la gestión de esta situación de crisis?
-Hemos atendido al cien por cien de las personas que han acudido a los servicios sociales y hemos ayudado a todas en base a los recursos personales que aportaban. A día de hoy tenemos cuatro familias acogidas aún. Acaba de salir el programa de subvenciones para las 52 familias aproximadamente que atendimos y que es una partida de 150.000 euros.
En general, la valoración ha sido muy buena y positiva porque desde el minuto uno, estuvimos atendiéndolos.

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Jesús Andújar

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