Después de un tiempo sin venir a Melilla, Busian, Busi para los amigos, volvió a la ciudad que le vio nacer. Así, tras unos días entre nosotros, ayer tocaba despedida antes de tomar hoy el barco que le llevará de nuevo a la Península. Y esa jornada fue muy especial porque sus sobrinos le demostraron el gran cariño que le profesan, auténtica devoción por su tito Busi. Pero ya le han dicho que vuelva pronto porque la familia siempre le echa de menos. El enorme cariño es recíproco.