Hasta ahora la fuerza física, los clavos en las zapatillas y los garfios para escalar la alambrada e incluso las escaleras eran hasta ahora los métodos que usaban los migrantes para ayudarse a saltar la valla de Melilla. A estos métodos hay que unirle uno nuevo por primera vez desde este jueves: el uso de un parapente cuyo punto de partida para coger la velocidad necesaria con la que alcanzar la alambrada no se conoce, pero sí el aterrizaje, cerca de una instalación militar melillense, donde quedó el paracaídas al tiempo que su piloto huía del lugar para evitar su detención y posterior devolución en caliente.
Un migrante ha logrado sortear la doble valla que separa Melilla de Marruecos este jueves a través de un parapente. Se trata de la primera vez que un indocumentado emplea esta forma para acceder a la ciudad española del norte de África a través de un paracaídas.
Según ha informado un portavoz de la Delegación del Gobierno, «sobre las 18.15 horas de esta tarde, dos ciudadanos que se encontraban circulando por la carretera de circunvalación han avisado al centro operativo de seguridad (COS) de la Comandancia de la Guardia Civil de la entrada de un migrante en parapente por las inmediaciones del Río Nano».
Patrullas de la Guardia Civil se han desplazado inmediatamente hasta la zona, «pero no han conseguido localizar al migrante», ha admitido la citada fuente.
Se desconoce la nacionalidad de la persona que ha accedido y se baraja la posibilidad de que haya huido, como están haciendo los magrebíes que acceden en patera en las últimas fechas, para no ser devueltos a su país, ya sea por acuerdo de repatriación o por devolución en caliente.
