Buscar
Cerrar este cuadro de búsqueda.
Logo de Melilla hoy

Llamarles mentirosos es hacerles un favor. Slava Ukraini.

Dejo al lector que elija el calificativo que desee.

A lo largo y ancho del mundo aparecen y se consolidan los políticos mentirosos. Llamarles pinocho es hacerles un favor, puesto que el hecho de ser mentirosos compulsivos es el menor de sus terribles defectos.

Los percibo, en general, como narcisistas, megalomaníacos, corruptos, violadores de la democracia, a la que usan para satisfacer su propio ego y alcanzar sus propios intereses.

Los ejemplos están en la mente de todos, escribo. Pero inmediatamente me corrijo para afirmar que, aunque están en la mente de todos, muchos se niegan a creer que sus ‘amados líderes’ tengan esos defectos, o los disculpan afirmando que no tienen tanta importancia. Los justifican diciendo que otros, anteriormente, lo han hecho aún peor, como si eso fuera un salvoconducto para hacerlo mal ahora. O señalan algo que, en su opinión, han hecho bien para así ocultar o disminuir la importancia de todo lo que han hecho mal.

Afirman los seguidores, con gran júbilo, que su líder ‘ha hecho una carretera, o un tren’. Como si haber hecho algo tangible con los miles de millones que recaudan en impuestos, fuera de agradecer. O que han repartido ayudas a los necesitados, como si lo hubieran hecho sacando el dinero de sus propios bolsillos, y no de los nuestros.

La corrupción y el desprecio a la ley son también características comunes. Se hizo mundialmente famosa la frase de un político local mexicano que buscaba la reelección, al que acusaban de corrupción. Su respuesta fue el sumun de la desvergüenza: “si, yo robo, pero los de antes robaban más”. Pero más vergonzoso resulta el que dicho político fue reelegido. A ese nivel hemos puesto la barra para nuestros supuestos ‘líderes’.

Sánchez es un ejemplo, entre muchos. Se presenta como amigo de comunistas, separatistas y defensores del terrorismo, pero ha protagonizado la según él increíble hazaña de desenterrar a Franco. Ha destruido la economía de España, la educación, ha avivado sin beneficio o razón rencillas enterradas, pero ha promulgado la ley del “sí, es sí”, convirtiéndose a su parecer en paladín de las mujeres, aunque en su más que manifiesta falta de ética, no reconoce que la mal escrita ley está sacando de la cárcel a los que supuestamente debiera condenar con mayor dureza. Sánchez ha llegado a afirmar que, por haber desenterrado a Franco, pasará a la historia. Y tiene razón ya que, entre las muchas cosas por las que la historia le juzgará y le condenará, estará el atribuirse como mérito el terrible error de haber despertado a “las dos Españas”, el reescribir una historia -totalmente partidista- que estaba totalmente enterrada y olvidada, para perjuicio de todos los españoles.

Pero el afán cainita, destructor de patrias, no se limita a España. Es el caso de otra líder carismática en Argentina, Cristina Kirchner, que ha acabado con una condena a 6 años de prisión por defraudar al Estado más de 1.000 millones de dólares, al otorgarle obras públicas a un socio. Lo que no quiere decir que en el futuro jamás vuelva a ostentar el poder, como ya ha ocurrido en ocasiones anteriores en otros casos similares.

O en Perú donde, el pasado miércoles, la vicepresidenta remplazó a Pedro Castillo en la presidencia, cuando Castillo intentó disolver el Congreso e instalar un gobierno de emergencia, una medida ampliamente condenada como un intento de golpe de Estado.

O en México, donde el Tren Maya, el proyecto de infraestructura insignia del presidente mexicano López Obrador, con una inversión prevista de 15 mil millones de dólares, está causando una destrucción inimaginable en una de las selvas tropicales más grandes que quedan en el hemisferio occidental. Además de arrasar con asentamientos y monumentos mayas (hasta el momento más de 25.000), así como cenotes y cuevas. El trazado original corría paralelo a la costa, pero las protestas de los hoteleros, que se sintieron perjudicados, pesaron más que la conservación del patrimonio humano y cultural.

¿Hasta cuándo vamos a seguir votando a estos impresentables?

Francia y la guerra de Ucrania.

Estar a la altura de un estereotipo puede ser un desafío, pero el presidente francés Emmanuel Macron está haciendo todo lo posible para finalmente convencer al mundo entero de que Francia, desde Napoleón, se ha convertido en la principal nación mundial de ‘amantes de la rendición’.

Macron sugirió recientemente que las naciones occidentales deberían considerar «garantías de seguridad» para Rusia, con el fin de llevar a los rusos a la mesa de negociaciones para discutir la guerra en Ucrania. A pesar de que toda la evidencia sugiere que la guerra de Putin contra Ucrania no tenía ni tiene nada que ver con la expansión de la OTAN, o cualquiera de las otras cortinas de humo que Rusia utilizó para justificar su apropiación imperial de tierras, contra una nación soberana.

Lo que no dijo Macron es qué garantías de seguridad va a ofrecer Francia a Ucrania, para que recupere el terreno robado y para que nunca se repita la asesina actuación rusa en Ucrania. Aunque lo que diga Macron no tiene valor alguno, como tampoco lo tuvo el legendario «Memorándum de Budapest» del que eran garantes Estados Unidos, Reino Unido y la propia Rusia por el que, a cambio de la entrega de sus armas nucleares, se ofrecían a Ucrania garantías de seguridad.

PD.

En un reciente artículo publicado en este diario, comentando sobre la victoria futbolera de Marruecos, un líder musulmán de Melilla realizó una brillante defensa de su biculturalidad, afirmando que, una vez eliminada España, era el momento de apoyar a Marruecos. Nada que objetar hasta aquí, en cualquier orden en que hubiera elegido hacerlo. Pero al comentar luego sobre las celebraciones en Rabat, en las que participó el monarca marroquí, escribió algo similar a “siempre detrás de su majestad”. La pregunta obvia es: ¿quién es su majestad, al que el autor sigue incondicionalmente, el de España o el de Marruecos?

Loading

Gonzalo Fernández

Más información

Scroll al inicio

¿Todavía no eres Premium?

Disfruta de todas
las ventajas de ser
Premium por 1€