Buscar
Cerrar este cuadro de búsqueda.
Logo de Melilla hoy

Leer para saber…y evadirse

Empiezo a leer, me queda mucho, un gran libro en todos los aspectos, por su extensión y por su contenido. Leo que el movimiento de la historia sigue la famosa tríada dialéctica de tesis-antítesis-síntesis o equilibrio-perturbación del equilibrio-nuevo equilibrio, en el libro “Crítica a la economía política marxista. ANTI-MARX”, de Juan Ramón Rallo, que realmente son dos libros: el tomo 1: Introducción a Marx (575 páginas) y el tomo 2: Crítica a Marx (1204 páginas, nada menos).

Escribió Fernando García de Cortázar -que, como Marx, escribió mucho- que “Marx no necesitó inventar, solo rimar el murmullo tísico de los humillados y ofendidos, conferir el ritmo arrebatador de la utopía a la era del capital. Con sus palabras, el socialismo romántico y místico de Saint Simón, Owen o Fourier se transformó en escuela de economía y partido político”.

A base de redefinir conceptos económicos. Por ejemplo, el término “Mercancía”: un bien económico, fruto del trabajo privado y distribuidos a través del mercado. según Marx, toda producción -adopte la forma social de mercancía o no- es siempre el resultado de dedicar trabajo humano a transformar la naturaleza. El trabajo humano puede ser social (colectivo) o privado (individuos libres, iguales y propietarios de su propia persona) y de los resultados de su propio trabajo, de unidades productivas independientes, entre las que se incluyen los talleres, las fábricas y las corporaciones modernas, constituidas a partir de la propiedad privada y de los contratos laborales suscritos con trabajadores igualmente libres, iguales y propietarios de sí mismos, unidades que actúan de manera descentralizada (anárquica), a través del mercado.

El caso es que Karl Marx ha sido -como resalta Juan Ramón Rallo- acaso el pensador más influyente de la era contemporánea, con el resultado de que, queriendo encontrar la totalidad, ofreció las bases para el totalitarismo y, queriendo salir de las utopías, propuso la más dañina y peligrosa de todas, el comunismo. “Marx quiso explicar la conciencia a partir de las dependencias sociales, una escapatoria supuestamente científica a la complejísima realidad que es el ser humano”, resumió, bien, César Alonso de los Ríos en el prólogo de uno de los libros sobre Marx, el que escribió otro alemán, otro filósofo, Karl Korsch.

El comunismo, por citar un ejemplo próximo, español, nos ha llevado a que en la diferencia entre Deuda/PIB 2022-2019, por países, España lidera lo peor, 15 puntos porcentuales, cuando la media de la UE es 5, en Italia es de 20, en Portugal de menos 3 y en Irlanda -el mejor económicamente- tiene una diferencia de -12. Concluye Daniel Lacalle: Sánchez dice que ellos -con su gestión comunista- gestionan mejor la economía; mejor que Zimbabwe, debe ser. España sigue siendo líder en déficit y deuda pública en la UE, destacaba nuestro Semanario QUEZ el domingo pasado.

Recordando a Raymond Aron, en el cuadragésimo aniversario de su muerte: Hay que combatir las utopías y los objetivos desestabilizadores, hay que actuar contra los totalitarismos: fascismo, nazismo, comunismo soviético, etc. O, recién pasado el Día Internacional del Libro- el 23 de abril , cuando enterraron a Cervantes- hay que volver a El Quijote, un libro cargado de sabiduría adquirida, donde se vuelca la pesadilla de una existencia hasta alcanzar el triunfo real contra el triunfo oficial.

La lista de CpM

La lista de Coalición por Melilla, actualmente segundo partido de Melilla por número de votos -con aspiración de ser el primero, tras las elecciones del ya tan próximo 28 de mayo- de manera general me merece el mismo comentario que la del PP -el que hice en mi pasada Carta del Editor- o la lista, la primera conocida, del PSOE local. Creo que las listas para el 28 de mayo son, en general, “gatopardismo”, un intento más de aparentar que se cambia todo para que nada (el líder) cambie. O sea: más de lo mismo. Esto es: mantenimiento de las estructuras existentes.

Si nada cambia, todo seguirá igual. Ese sería el razonamiento lógico. Así que la clave está en la correcta definición de la situación general de Melilla y en lo que es todavía más importante: definir las medidas de cambio para mejorar tal situación -que es manifiestamente mejorable, incluso diría que imprescindiblemente mejorable- y poner en marcha dichas medidas, o sea, cumplir las promesas electorales, sabiendo que las promesas son fáciles, pero la gestión no lo es tanto, sino todo lo contrario, como la experiencia nos demuestra con inocultable y triste evidencia.

Por cierto, una referencia próxima sobre lo que se podría hacer en la economía de Melilla: Gibraltar. Tiene la tercera renta per cápita del mundo: 86.000 € por habitante. Una extensión de 6,8 kilómetros cuadrados y 34.000 habitantes, más 13.500 trabajadores que viven al otro lado de la Verja. Además, 5,8 millones de turistas, datos de 2021, en plena pandemia. Entran ganas de llorar de indignación, si lo comparamos con la situación económica de nuestra Melilla.

Loading

Enrique Bohórquez López-Dóriga

Más información

Scroll al inicio

¿Todavía no eres Premium?

Disfruta de todas
las ventajas de ser
Premium por 1€