Un individuo se enfrenta a la posible pena de ocho años de prisión por ser el presunto autor de un delito de robo con intimidación. Según se le acusa, robó los teléfonos móviles a dos menores usando un cuchillo “de cocina” el pasado día 9 de abril, en la zona de la Alcazaba. El procesado aseguró que debía de tratarse de una confusión, ya que en el momento de los hechos estaba en el Rastro pidiendo comida. Los menores lo reconocieron en el juicio como el autor del robo. El Ministerio Público pide ocho años de cárcel para un individuo por ser el presunto autor de un robo con fuerza. Según se le acusa, el pasado 9 de abril sustrajo dos móviles a dos menores tras amenazarlos con un cuchillo «de cocina». Los hechos denunciados ocurrieron en la zona de la Alcazaba.
Una confusión
El procesado aseguró ante la magistrada titular del Juzgado de lo Penal número 2 de Melilla que debía de tratarse de una confusión. Según sostuvo, en el momento de los hechos se encontraba pidiendo comida en la zona del Rastro e iba acompañado de otro menor que lo podría corroborar. El acusado afirmó que nunca había esgrimido ningún arma y negó que hubiera robado dos teléfonos.
Reconocen al acusado
Los menores prestaron declaración ocultos tras un biombo. El primero de ellos relató que iba por la zona de la Alcazaba junto a su amiga cuando «seis argelinos nos rodearon». Según indicó, portaban botellas y cuchillos con las que los amenazaron para que entregasen sus teléfonos móviles. Tras mirar por una reja del biombo para ver al individuo que se sentaba en el banco de los acusados, aseguró que se trataba de uno de los autores del robo. «Me amenazó con un cuchillo», dijo. Indicó que no tenía ninguna duda, aunque el día de los hechos llevaba una braga que le tapaba la boca.
Su amiga también testificó que varios argelinos los rodearon y amenazaron con cuchillos y botellas. Al mirar al procesado, lo reconoció como uno de los autores del delito de robo con intimidación. «Nos amenazó con un cuchillo para quitarnos todo lo que llevábamos», declaró la chica. Según apuntó, el chico llevaba una braga en la cabeza, pero se le podía ver la cara con claridad.
Tras escuchar las declaraciones, la fiscal reclamó para el acusado ocho años de cárcel, cuatro por cada robo según indicó. La defensa solicitó la sentencia absolutoria de su representado.
La juez decidirá.
