El pasado 27 de septiembre, sobre las 9 de la mañana, una mujer marroquí fue abordada en la carretera de Farhana por su marido, también marroquí, de quien se encuentra separada desde hace años por presuntos maltratos. Según el testimonio de la denunciante, el acusado trató de hacerla subir a su coche para hablar y, tras negarse, la agredió (levemente) y la insultó, siendo posteriormente detenido por una patrulla de la Policía Local que acudió ante el aviso al 112 de uno de los testigos presenciales. El Ministerio Fiscal pide para el acusado, quien tiene antecedentes, una pena de 8 meses de prisión y alejamiento de 2 años por malos tratos, más el pago de una multa de 540 euros por la comisión de un delito de vejaciones. Según los hechos relatados por el Ministerio Fiscal, basados en la declaración de la víctima, el día 27 de septiembre de este mismo año, sobre las 9 de la mañana, en la carretera de Farhana, una mujer marroquí fue abordada por su marido, también marroquí -pero residente en Barcelona-, quien insistió en llevarla a parte para “hablar”, si bien acabo agrediéndola e insultándola al no conseguirlo.
Según el testimonio de la denunciante, ella se encontraba de camino al domicilio melillense donde trabaja cuando su marido (del cual está separada, no divorciada) la vio desde su coche y decidió aparcarse en la acera y bajarse, instándole a ir con él para hablar; “él se arrimó con el coche, se bajó y me dijo: vamos a Marruecos a hablar […] él me agrede y me maltrata, llevaba 5 años sin verle, no quería hablar con él”, declaró la mujer con asistencia del intérprete. Ante su negativa, el acusado presuntamente la agarró del hombro y le propinó un puñetazo “no muy fuerte” en el mismo, causándole un hematoma. Además, la insultó diciéndole: “Puta, hija de puta, que vas a fregar escaleras y dejas a mi hijo solo”. El acusado se retiró entonces para dejar su coche bien aparcado y posteriormente “volver a la carga”. En este momento, uno de los testigos llamó a la Policía, de modo que, cuando el acusado volvió a acercarse a su pareja, unos agentes le dieron el alto y le pidieron que se identificase, abortando el conato de aproximación.
Abandono
La versión del acusado difiere sustancialmente de la presentada por la denunciante. Según el hombre, vio a su mujer desde el coche, le pidió que hablara con el a través de la ventanilla pero ella se negó, y entonces decidió aparcar y bajarse para hablar con ella; “ella me abandonó, quería hablar con ella a solas, pero no quería, yo solo quería decirle: mujer, vamos a hablar para arreglar lo nuestro, por el bien del niño […] si paro el coche en medio de la calle me busco la ruina, por eso me fui a aparcar”, declaró el acusado, quien negó rotundamente que se bajara del coche o llegara a tocar a su mujer. Según su versión, después de aparcar se bajó y se encontró con los dos agentes que le pidieron la documentación.
Dos testigos presenciales de los hechos, que volvían de dejar a sus respectivos niños en el colegio, presenciaron la escena y, contrariamente a lo manifestado por el hombre, confirmaron que el acusado se bajó del coche y abordó a la mujer directamente, aunque describieron la escena como una “discusión”, y negaron haber presenciado acto alguno de violencia o haber escuchado insultos, dado que los implicados hablaban tamazight.
El Ministerio Fiscal dio credibilidad a las manifestaciones de la denunciante e interesó para el acusado, quien tiene antecedentes penales por quebrantamiento de condena y resistencia a la autoridad, la imposición de una pena de prisión de 8 meses más 2 años de alejamiento por el delito de maltrato, más 540 euros de multa por el delito de vejaciones injustas.
La defensa, por su parte, aseguró que el testimonio de la denunciante no debería ser determinante, dado que entre ambos existe una mala relación y un “resentimiento”, toda vez que existe una resolución judicial (marroquí) que obliga a la mujer a regresar al domicilio familiar.
