Melilla ha vivido desde prácticamente el miércoles por la noche su particular “Operación Salida” por la frontera de Beni-Enzar. Cientos de ciudadanos, por no decir miles, han cruzado la frontera para celebrar en el país vecino el final de del Ramadán, la Pascua del Eid El Fitr.
Pero para hacerlo han tenido que soportar grandes retenciones para acceder al lado marroquí, dado el gran número de vehículos que pretendían pasar y con ello su influencia en los controles documentales, porque aunque ya muchos no tienen que sellar, sí tienen que entregar sus pasaportes a los aduaneros para su escaneo, lo que conlleva su tiempo, lógicamente, y en consecuencia unas esperas que han sido importantes.
Es tradición de muchos melillenses cruzar la frontera en los días previos a esta jornada y celebrar la Pascua en el país vecino, fundamentalmente por razones familiares, dado los vínculos que existen en este sentido a uno y otro lado de la frontera. También hay algunos incluso que tienen su propia vivienda. Además, a ello hay que sumar que cruzando la frontera, se permite el sacrificio de corderos marroquíes mientras que en Melilla sigue prohibido porque se mantiene la alerta sanitaria por la fiebre aftosa en estos animales.
Para satisfacer estos deseos, los melillenses que han querido atravesar la frontera, ya sea a pie o en vehículo, se han tenido que armar de paciencia porque las colas llegaban hasta Barrio Chino en muchos tramos de esta particular “Operación Salida” e incluso en algún momento superaban esta zona tan alejada del puesto de Beni-Enzar, dado el gran número de personas que aprovecharon que este viernes era festivo Melilla y por tanto no había colegios, ni institutos, ni trabajo en muchos casos, para dar el paso de cruzar al otro lado.
Sin embargo, esta particular operación salida ha puesto de nuevo al descubierto que la frontera de Melilla sigue siendo un camino tortuoso en las actuales circunstancias porque, desde que se reabrió la frontera el 17 de mayo de 2022, solamente hay un puesto disponible, el de Beni-Enzar, mientras los demás, como Farhana y Barrio Chino, siguen cerrados.
A ello hay que unirle los mayores controles en forma de sellado y escaneo de pasaportes, algo que hasta marzo de 2020 no sucedía, porque antes de la pandemia solo era necesario mostrar el documento nacional de identidad (DNI).
Estos son nuevos tiempos, tiempos duros, y el que no tiene más remedio que cruzar por motivos familiares o personales para festejar esta fiesta al otro lado, desgraciadamente tiene que sufrir largas esperas como consecuencia del actual sistema fronterizo, que sigue sin variación prácticamente desde mayo de 2022, fecha en que se reabrió, con muchas restricciones y en consecuencia largas esperas,