Las bajas laborales en España generan un coste anual de 33.000 millones de euros. Aumentan las bajas fraudulentas y el absentismo, afectando a empresas y la Seguridad Social, mientras se pide mayor control estatal sobre su veracidad y gestión.
Las bajas suponen un coste anual de 33.000 millones para las empresas y la Seguridad Social.
Las empresas y autónomos denuncian el nulo control que se ejerce sobre las bajas laborales (cada vez hay más bajas fraudulentas) y el altísimo coste que suponen para ambos. Cada vez son más los que piensan que las bajas (tanto las reales como las falsas) deberían ser abonadas (tanto las cuotas a la Seguridad Social como el salario), al menos las de duración superior a 5 días, por el Estado, que ya se preocuparía de controlar, por el bien de las cuentas públicas, su veracidad.
El sistema actual no funciona. Es muy habitual (también entre los jóvenes, que empiezan a trabajar y ven el chollo que es encadenar una baja tras otra) que los recién contratados se den de baja o que haya trabajadores que entren en una empresa, prolonguen una baja todo lo posible y luego se vayan a otra empresa y hagan lo mismo. La cultura de “los getas”, con la anuencia del gobierno y de la ministra, de Trabajo Yolanda Díaz, hace que las empresas se piensen mucho el aumentar el número de trabajadores, lo que afecta sobremanera a los que de verdad quieren trabajar.
El incremento del absentismo laboral es un problema que no ha dejado de crecer desde la pandemia. Los datos son alarmantes y han alcanzado niveles récord en España, donde más de 1,2 millones de personas no acuden a su puesto de trabajo cada día. Las bajas laborales se dispararon por encima de los 9 millones en 2024, una cifra que casi duplica la registrada en el año 2016.
¿Qué hay detrás?
Pese a lo que pueda pensarse, no son los trabajadores de más edad los que más se ausentan de su puesto de trabajo como consecuencia de una baja. Existen perfiles muy distintos, afectando, principalmente, el fuerte crecimiento a dos tipos de patologías, las algias y los problemas de salud mental. Las algias son los dolores de cualquier tipo, como el de espalda o brazo.
Estas dos patologías permiten explicar dos tercios del crecimiento de los días de baja. Se ha observado un incremento tanto en las bajas de corta duración (menos de cinco días) como en las de larga duración (más de un año). Estas últimas están frecuentemente relacionadas con la salud mental, un problema al que se suman la falta de especialistas y la excesiva burocracia del sistema.
La burocracia, un obstáculo.
La gestión de las incapacidades temporales no siempre sigue criterios médicos. Según el economista Lorenzo Serrano, «la gestión de muchas de estas bajas en realidad más que seguir criterios digamos de la evolución normal de enfermedades, parece que están más ligados a la propia normativa». Este hecho, sumado a la falta de recursos y a unos procesos que se alargan más de lo debido, impacta directamente en la evolución del absentismo que se está registrando.
Un coste millonario
El impacto económico es demoledor. Según cifras de la patronal de las mutuas, AMAT, este año, las bajas laborales supondrán un coste total de 33.000 millones de euros para las empresas y la Seguridad Social. Esta cifra representa, además, un incremento del 12% con respecto al año anterior, evidenciando la magnitud y la tendencia creciente de un problema que se agrava por la inacción o, lo que es peor, por la incentivación/facilidad, a la hora de acceder a las bajas, por parte del gobierno.