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Las arbitrariedades del poder y la estupidez

Pleno de Melilla

Por: José Megías Aznar, [email protected]

Cuando el poder no se ejerce con sentido común y no busca la felicidad del ciudadano se convierte en arbitrario. El poder y la estupidez no son preocupantes por separado, pero cuando se juntan son un peligro. El poder legítimo o autoridad debe estar supeditado a un orden moral, pero este orden tiene que estar orientado hacia el amor al prójimo, si no, ese orden se convierte en amor al poder, que es el amor a sí mismo. Cuyo objetivo es perpetuarse en el poder. No se crean a los voluntarios de la perpetuidad. Porque como dice Montaigne, “por muy alto que sea el trono, siempre se está sentado sobre el culo”.

AL SUELO, QUE VIENEN LOS NUESTROS
La frase no es mía, es de un político inteligente de la Transición, Pío Cabanillas. La participación en la vida pública a través de un partido se ha convertido en un hecho peligroso cuando no comulgas con ruedas de molino. No darle la razón al jefe vitalicio es motivo de persecución y de ingratitud. Decir la verdad se convierte en opresión y no en libertad. Este comportamiento es propio de la estupidez. Ejercer el poder no puede ser venganza.
En nuestra ciudad ocurre esto en todos los partidos. Voy a reseñar dos hechos de la arbitrariedad como ejercicio del ordeno y mando de los que ocupan, transitoriamente, la responsabilidad del gobierno.
Los recientes cambios de atribuciones en Menores han llevado a descabalgar a los responsables políticos y técnicos de esta difícil misión. Al viceconsejero del Menor lo han trasladado a Juventud cuando mejor se estaba desarrollando este trabajo, según manifestó el Defensor del Pueblo. Una persona honrada y conocedora del tema, porque es su profesión. No sé por qué ha tomado esta decisión el vitalicio (Águila Negra), aunque lo intuyo, en alguna cuestión se le ha opuesto.
Van a cesar, así se lo han comunicado, al director general de Menores. La comunicación ha sido telefónica y estando de vacaciones. Hay que tener poca clase, sor Visitación de obras y aspirante a ser aprendiz de la rasputina. Podía haber esperado a decírselo en su cara y darle alguna explicación, pero usted prefirió acatar órdenes de su entrañable cuñado desagradecido. No tienen pudor en cesar al único funcionario amazige y sabio, docto en la materia. Sí, aupar a incompetentes e ignorantes en Menores. No sabe el duro camino que va a recorrer y que usted se ha trazado solita. Por eso la frase de Pío Cabanillas recobra una actualidad extraordinaria.
La otra persona culta, cualificada y titulada superior en Ciencias de la Información, es Farida de TVM. ¡Todos con Farida! Se ha publicado en redes sociales y yo estoy de acuerdo. Es una excelente profesional y la única con titulación periodística que hay en ese medio. La postergan a ser un bulto parlante.
La persona que ha tomado la decisión no es titulada superior, por lo que no ha podido optar a gerente de Turismo. Por cierto, este tema duerme el sueño de los “injustos”.
El señor gerente colocado a dedo, Yeray Díaz, con su decisiones arbitrarias me recuerda a Terence Stamp en “Las aventuras de Priscila, reina del desierto” en algunos momentos, y en otros a Katharine Hepburn en “La loca de Chaillot”. Los dos protagonistas son personajes histriónicos en su papel como los comportamientos del gerente TVM. Su perfil bueno lo dio ante las pirámides aztecas con su amigo el niño maravillas, no sé si fueron con su dinero o el de todos los melillenses. Ahora este personaje quiere nombrar a un director de informativos o un director de TVM. Otro sueldo más para las arcas públicas. Al PP le parece bien, no le preocupa el gasto. Últimamente hay mucha sintonía entre el PP y el Gobierno, ¿no será por las reuniones que mantienen Ignacio Velázquez y Aberchán?
Pues eso, “al suelo que vienen los nuestros”, los estúpidos e incompetentes. Para terminar este apartado quiero recordar: No puede uno confiar en sus superiores cuando ha triunfado donde ellos fracasaron (Graham Greene).

AUTONOMÍA
Hace más de un año que reivindico una autonomía como marca la Constitución. Ahora hablan casi todos del tema para reformar el falso Estatuto que tenemos. No necesitamos reformas, sino un auténtico Estatuto de Autonomía.
Las reformas que proponen son de más privilegios para los políticos y más gasto. Necesitamos un Estatuto donde recoja la singularidad de Melilla y un Régimen Económico y Financiero que resuelva los problemas de Melilla. Pedir la inmunidad parlamentaria es defender la casta política y alejarse de la realidad ciudadana. Hoy día se está planteando suprimir este privilegio y aquí lo proponemos hasta que sea después de dejar de ser parlamentario. No hay ningún político condenado por expresar sus ideas. Sí apartados de la vida política por irregularidades. Si un político comete una fechoría debe ir a la justicia ordinaria, no al privilegio de las castas decimonónicas.
De todas formas, por mucho que reformen no lo van a conseguir mientras impere la Ley de Bases del Régimen Local en el Estatuto actual. Defiendan un proyecto que nos haga ser iguales al resto de los españoles, ahora no somos iguales. Aplíquese la Transitoria V de la Constitución y no tengan miedo al país vecino. Todas las reformas propuestas no serían necesarias si hacemos un verdadero Estatuto de Autonomía como el que presentó CPM en el 2003 e Imbroda lo asumió como camino a dialogar.

PD
Anécdota-consejo
Esta anécdota la relató Manuel Rivas.  Contaba “cómo en una ocasión estaban Cabanillas y Fraga pasando junto a una playa desierta y Cabanillas le sugirió que se dieran un baño para combatir el calor que hacía. «Pero, hombre, Pío, si no tenemos bañador», dijo Fraga. «No pasa nada, Manolo: como no hay nadie, nos bañamos desnudos».
Se metieron en el agua, con tan mala suerte que, cinco minutos más tarde, aparecieron de excursión, en la playa, un par de monjas con un grupo de niñas. Fraga, intentando proteger su imagen de hombre público, salió corriendo hacia el coche como alma que lleva el diablo y tapándose la entrepierna con las manos, mientras Cabanillas, tirando de pura sensatez, no hacía más que gritarle: «¡La cara, Manolo! ¡Lo que tienes que taparte es la cara!». Si es que quien tiene un amigo, tiene un tesoro.”
El valor de la amistad no está en el ADN de nuestros gobernantes. Se deberían tapar la cara por pura sensatez.

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