El pasado día 22 de septiembre el doctor y catedrático en Virología, Francisco Javier Monteserrín, afirmó en el Diario de Sevilla que la mezcla o cóctel de vitamina D y prebióticos podrían frenar el virus neumónico del Covid 19. De hecho, en el lugar donde trabaja, el hospital Macarena de Sevilla, apostará por probar este sistema que no tiene efectos secundarios para los pacientes.
Si bien es cierto, que el artículo no especifica la cantidad de vitamina D necesaria para frenar la actual pandemia, si afirma que dicha vitamina dificulta enormemente la espiga viral que hace que dicho virus penetre en las células humanas y se multiplique en el interior de las mismas. Además, es capaz de regular la respuesta inmunológica e inflamatoria de citoquinas que es en general lo que crea los trombos sanguíneos y lleva a los pacientes a las salas de UCI.
Los prebióticos potencian el sistema inmune y hacen mucho más fácil la absorción de ésta y cualquier otra vitamina en nuestro organismo, por lo que se convierten así en un aliado inseparable de la misma.
Afirma el doctor Monteserrín que ya se ha constatado en los Estados Unidos y en un célebre artículo de la prestigiosa revista PLOS ONE, que aquellas personas que tienen bastante vitamina D en sangre suelen ser asintomáticos de Covid y que menos del cincuenta por ciento cuando la carga viral es fuerte presentan síntomas leves, mientras que aquellas personas con escasos niveles de esta vitamina suelen acabar con respiradores o con entubación en UCI.
Según lo que he podido leer respecto al tema, el mínimo de vitamina D que deben de tener las personas adultas, tanto hombres como mujeres, entre dieciocho y setenta años es de 600 UI, (Unidades Internacionales) diarias. Y las personas que superan esta edad serían 800 UI la dosis mínima recomendable. Siendo para todo el mundo perjudicial exceder de las 6000 UI diarias.
La vitamina D se puede adquirir directamente del sol, pero hay que tener en cuenta que la exposición solar de forma indiscriminada baja el sistema inmune en gran medida e impide la absorción de esta vitamina. Tomando el sol 40 minutos diarios y preferentemente con ropa negra y ligera sin que éste, sea demasiado fuerte, ya nos dotaría de vitamina D suficiente para que nuestro sistema inmune tenga la cantidad mínima requerida. Aunque más seguros son los comprimidos que podamos adquirir en farmacias y herbolarios. Y, en segundo lugar, el ajo y la cebolla crudos serían los prebióticos naturales más efectivos, siendo el espárrago también un prebiótico nada despreciable.
Desde mi perspectiva, a pesar de los descubrimientos científicos que se realizan casi a diario y que afirman que esta vitamina junto a prebióticos podría frenar el Covid e incluso paliar los efectos secundarios de las vacunas. Pienso que el sistema inmune no es una vitamina en especial, es un sistema de vitaminas y proteínas que interactúan entre sí. El Zinc es el protector celular por excelencia y la vitamina D es la que regula todo el sistema inmune. Es por eso, por lo que, si de verdad esta vitamina es tan efectiva, deberíamos de no tomar lo mínimo ni lo máximo, sino un estado intermedio tanto de vitaminas D y C y Zinc y mantener una dieta rica de todo tipo de verduras y algo de carne o pescado para tener unos niveles aceptables del resto de nutrientes. Una hora de ejercicio diario para activarlos, lo mismo que tomar algunas especias en la comida como comino negro molido, cúrcuma, tomillo, jengibre etc., etc. Y creo importante para paliar los síntomas, dados los consejos de algunos virólogos que el tomar una pequeña aspirina de 100 mg a diario siempre después de la comida, dada su capacidad de evitar trombos sanguíneos, sería, en mi humilde opinión, hoy por hoy, lo más efectivo para combatir esta enfermedad.
Cuando ya caemos enfermos, que Dios me perdone, yo solo creo en la cura con corticoides, Urbasón, Dexametasona, etc., etc. Hasta que no llegue el tratamiento de bloqueo celular del Aplidín, creo que esto es lo que hay, lo demás no va más allá de la leyenda.
