Carta del Editor. MH,9/3/2025
Enrique Bohórquez López-Dóriga
La visita, el jueves, de las confederaciones de empresarios de Melilla y Ceuta al Rey Felipe VI, tiene importancia emocional -mucha- más que racional. No me cabe duda de que Don Felipe conoce nuestros problemas con el Gobierno Real (insisto en lo de “Real”) marroquí, incluyendo en esos problemas los de las fronteras de Ceuta y Melilla con nuestros vecinos marroquíes, que oficialmente no reconocen la existencia de las dos fronteras, en cuanto tampoco reconocen la españolidad de las dos ciudades, ni la de las islas y peñones cercanos a las dos ciudades norteafricanas en las que vivimos.
Me temo -ojalá me equivoque- que tras la visita empresarial al Rey podemos estar emocionalmente satisfechos -especialmente los que han tenido “el honor” de ir a La Zarzuela y ser recibidos por el Rey- pero racionalmente solo podemos concluir que no hemos avanzado nada, porque las relaciones de España con Marruecos las lleva un presidente y una coalición de partidos políticos cuya defensa de lo español es perfectamente descriptible: ninguna
Escribió el melillense Carlos Entrena, en uno de sus artículos para nuestro periódico, sobre que Immanuel Kant dominó, con su “Crítica de la razón pura” – tardó en escribirla quince años- no solo la filosofía del siglo XIX, sino la mentalidad de ese siglo y “hasta hoy sus teoremas esenciales son los axiomas de toda filosofía profunda”. La razón, según Kant, es un conocimiento que no nos llega a través de los sentidos, sino que es “el conocimiento que nos pertenece en virtud de la naturaleza intrínseca y de la estructura misma de la mente”. Y concluye Kant: “La experiencia no es el único campo al que nuestro entendimiento puede limitarse”.
La razón nos dice que solo con los sentidos, con la emoción, no podremos solucionar los problemas profundos de Melilla y Ceuta, especialmente aquellos problemas cuya solución depende, en buena parte, de un tercero hostil, como lo es Marruecos, en nuestro caso. Eso es lo que nos dice la razón (pura o no).
Razonable es -como dicen que le dijo Enrique Alcoba, presidente de la Confederación de Empresarios de Melilla, a Su Majestad el Rey- pedirle que venga a visitar Melilla, como lo hizo su padre, Don Juan Carlos I, hace ya demasiados años. Pero tanto en ese caso, como en lo de arreglar lo de las fronteras, lo cierto es que Don Felipe poco puede hacer sin la aprobación del Gobierno (español, claro), que está en manos de quien está y cuya relación con Marruecos ya la conocemos todos y la padecemos especialmente melillenses y ceutíes.
Así que me temo -ojalá me equivoque- que tras la visita empresarial al Rey podemos estar emocionalmente satisfechos -especialmente los que han tenido “el honor” de ir a La Zarzuela y ser recibidos por el Rey- pero racionalmente solo podemos concluir que no hemos avanzado nada, porque las relaciones de España con Marruecos las lleva un presidente y una coalición de partidos políticos cuya defensa de lo español es perfectamente descriptible: ninguna.
Posdata.
Leo un libro, perdido por ahí, de Jano García, sobre el socialismo “criminal” -dice Jano- del siglo XX y sus protagonistas principales: “Marx, Trotski, Lenin, Gramsci, Mao, Hitler, Mussolini, Goebbels, Fidel, Kim Jong-il, etc”. Define el socialismo como: “Un concepto ambiguo que, sin importar el momento ni el lugar, siempre ha apostado por tres premisas: 1. Propiedad pública de las empresas. 2. Subyugación de la libertad individual. 3. Dirección total de la actividad económica por parte del Estado.”
Todos esclavos
Confieso mi admiración por Pedro García Cuartango. Hace días, en ABC, recordaba Cuartango que Edmund Burke, padre del conservadurismo británico, utilizó el término “moral hazard” o riego moral, resaltando la tendencia de los individuos a asumir mayores riesgos cuando las consecuencias no recaen sobre ellos sino sobre otras personas.
Riesgo moral ha sido la decisión del Gobierno Sánchez de condonar 17.000 millones de euros a la Generalitat de Cataluña, el 20% de la deuda total, un incentivo para seguir endeudándose y que seamos todos los españoles los que asumamos la quita. Recordaba Cuartango que cuando Vietnam era una colonia francesa, el Ayuntamiento de Hanoi aprobó un programa para exterminar a las ratas y sucedió que muchos se dedicaron a criar ratas para cobrar la subvención: los incentivos perversos contribuyen a perpetuar los males que se pretende erradicar.
Todo dependiente de lo público, y lo público dependiente de Sánchez, todos esclavos y un solo amo, Pedro Sánchez, suena a un definido propósito… de Sánchez
Los medios, convertidos en fines (Cuartango, ABC de un viernes). “Los chips fabricados por Nvidia y los algoritmos determinan ahora la memoria, a lo que se suma que la IA trabaja con programas que pueden aprender de sus errores y establecer pautas con una lógica no humana … hemos subcontratado la memoria a las máquinas y estamos perdiendo el control de nuestra historia y nuestra identidad”, añade García Cuartango en otro de sus artículos: “La memoria formateada”.
Memoria formateada para que no se cumpla lo que escribió John Stuart Mill, que la Humanidad sale más gananciosa consintiendo a cada cual vivir a su manera que obligándole a vivir a la manera de los demás. Sánchez no lo entendería…si lo hubiera leído. Todo dependiente de lo público, y lo público dependiente de Sánchez, todos esclavos y un solo amo, Pedro Sánchez, suena a un definido propósito… de Sánchez.