Victoria, el largo camino hasta su templo
Con todos los datos sobre la mesa la gente puede escoger cuál es la mejor opción. Cuando se sesga la información lo más probable es que las personas resulten manipuladas con un determinado fin.
La iglesia parroquial de Melilla se terminó un 6 de diciembre de 1682. A las obras de la iglesia se puso el nombre de la Purísima Concepción por no existir otro, en 1660, colocándose una imagen de la Inmaculada en ella. Este dato nos dice que la Virgen de la Victoria no estaba allí, y que seguía alojada en la iglesia de Ntr. Sra. de la Victoria extramuros, que fue derribada en 1720, o en alguna otra de sus capillas, que existieron hasta 1741.
No cabe duda alguna de que el pueblo y la guarnición la consideraban “patrona de la villa”, sin embargo el primer santo declarado como patrón de la ciudad fue San Francisco en 1663. La entrada de la imagen de la Virgen de la Victoria en la iglesia de La Purísima se produce por primera vez en 1741, medio siglo después de ser inaugurado el nuevo templo de Melilla. En 1756 se ratificó lo que ya era un hecho entre el pueblo, su patronazgo sobre la ciudad, que se dictó: “sin dar aviso a los curas, ni que tuvieran voto, para obviar disputas”. La cita es elocuente por sí sola, sin necesidad de interpretación. No hay dudas sobre el patronazgo de la imagen, tampoco sobre cuál es la principal iglesia de la ciudad.
El Sagrado Corazón, templo principal de la ciudad
La iglesia del Sagrado Corazón, de inspiración jesuita, fue culminada en marzo de 1918, y bendecida en mayo de ese mismo año, para dar sentido al nuevo mapa religioso de Melilla. El ensanche de la ciudad y la expansión hacia el nuevo territorio, hacía necesaria la edificación de una iglesia nueva. El proceso fue largo, y a petición de la propia población, que quería una iglesia más grande, más moderna, más vistosa, y con mayor comodidad de acceso. Estas son las razones que se expresaban en las crónicas de la época.
En 1939 el obispo de la Diócesis Balbino Santos Olvera, establece la nueva división administrativa diocesana de la ciudad. El Sagrado Corazón es elevado a la categoría de Arciprestazgo y se convierte en el templo principal de la ciudad, siendo D. Sebastián Carrasco su primer arcipreste. Todas las demás iglesias quedan sometidas canónicamente al Sagrado Corazón, y expresamente, la iglesia de la Purísima Concepción pasa a depender de la iglesia arciprestal. Desde un punto de vista administrativo, la Patrona de Melilla puede estar en un templo u en otro, con el mismo rango y solemnidad. Ambos son su sede patronal.
Cosa distinta es que los fieles tienen derecho a opinar, pero todos, los de todas las cofradías y los de todas las parroquias. Esto es lo que ha pretendido hacer el Vicario arciprestal Roberto Rojo Aguado, en su homilía del pasado día 8 de septiembre, a la vista y oído de todos, lejos de conciliábulos y camarillas.
La Virgen de la Victoria en peregrinación
Con la nueva división administrativa eclesiástica, y la edificación de nuevas iglesias, la imagen de la Patrona quedó demasiado aislada en la Ciudad Vieja. A lo largo de 1948 peregrinó y fue honrada en todas las iglesias de Melilla, incluida la capilla del Centro Asistencial. La Patrona era un patrimonio de todos los feligreses y así se quiso hacer ver a todos los melillenses, que pudieron venerarla en sus barrios. La Virgen de la Victoria pasó prácticamente todo el año 1948 fuera de su templo histórica. En realidad. sus templos son todos los de la ciudad.
Los cinco custodios de la Virgen peregrina
En 1991 la iglesia de La Purísima fue declarada en ruina inminente. En ese año, el vicario Santiago Martín, gestionaba una viña devastada por jabalíes. Las iglesias de la ciudad estaban vacías de fieles, de imágenes y de dinero. La Victoria era una virgen solitaria, en una ciudad vieja abandonada.
El padre capuchino Jesús Cortijosa lanza la voz de alarma al Vicario episcopal, la iglesia se puede derrumbar se cualquier momento, con la Patrona dentro. Ambos llaman al Hermano Mayor Francisco Pérez Álvarez, el tercer custodio, diciéndole que hay que sacar a la Patrona de allí esa misma tarde, sin cortejo, sin honores, sin tantum ergos, ni monsergas. A pocos más que a ellos les interesaba lo que estaba sucediendo. La solución la encuentran en José Luis Blasco, un antiguo fraile y en Juan Díez, un agnóstico, entonces presidente de la Asociación de Estudios Melillenses. Son para la historia que nadie quiere recordar ni contar, los 5 custodios de la Victoria.
En un solo día, con la ayuda siempre de mujeres del Pueblo, despejan la sala de Juntas del “almacén” de San Juan, para convertirlo en improvisada e insólita capilla. La primera misa se celebra un 27 de marzo. La Victoria permanecerá allí hasta el mes de agosto. Muchos dirán al leer esto que la culpa la tuvo el Vicario, porque sabido es que los vicarios tienen la culpa de todo, tanto de los pecados propios como de los ajenos. La realidad es que no había allí nadie más para socorrer a La Patrona de Melilla.
La patrona permanecerá allí hasta el mes de agosto, en el que será trasladada a un altar provisional dentro de las dependencias del convento de Capuchinos. La novena se llevó a cabo en el Sagrado Corazón, al igual que en 1992 y en 1993. En el año 1994 la novena y la procesión se llevaron a cabo desde La Medalla Milagrosa. En 1995 desde San Francisco Javier. En 1996, tras cinco años de exilio, volvió a procesionar desde su templo histórico en Melilla La Vieja.
La propuesta del Vicario Roberto Rojo
La propuesta lanzada públicamente por el Vicario episcopal no es arbitraria, ni un capricho, ni tan siquiera original. Es un proyecto que ya se ha llevado a cabo en otras ocasiones, en circunstancias muy diversas, pero con una misma intención: La Virgen de La Victoria pertenece a todos y no tiene un único templo. La propuesta es casi idéntica a la de Málaga, y tiene detrás el respaldo de muchos fieles, que quieren ver a su Patrona, una semana al año, en el templo principal de la ciudad. La Victoria no es de un grupo, ni de una cofradía, es de todos. La propuesta del Vicario Roberto Rojo es sensata, fundamentada históricamente, plausible y posible.
PIE DE FOTO:
La Virgen de La Victoria en la Asociación de Estudios Melillenses
FRASE:
La propuesta lanzada públicamente por el Vicario episcopal no es arbitraria, ni un capricho, ni tan siquiera original. Es un proyecto que ya se ha llevado a cabo en otras ocasiones, en circunstancias muy diversas, pero con una misma intención: La Virgen de La Victoria pertenece a todos y no tiene un único templo