La valla fronteriza de Melilla acaba de pasar página al semestre de mayor presión migratoria de su historia. Incluso más que en 2005, cuando las imágenes de avalanchas humanas saltando la frontera de alambre dieron la vuelta al mundo. Un simple repaso a los datos difundidos oficialmente entre enero y junio de este año permite observar que han sido muchos más los inmigrantes que han intentado entrar a Melilla que en el mismo periodo del año pasado, ya que ha sido justo en esta primera mitad de 2013 cuando se han dado los saltos y las entradas más multitudinarias. En total, cerca de 11.700 inmigrantes han intentado en los primeros seis meses del año saltar la valla, de los cuales poco más del 15% lograron su objetivo: 1.771. En cambio, en 2013, fueron alrededor de 2.400 los que se acercaron al perímetro fronterizo con intención de saltar hacia Melilla, pero solo entraron 277.
La diferencia de esta primera mitad del año respecto al mismo periodo de 2013 es tan grande, que no hay prácticamente punto de comparación entre las dos anualidades, a pesar de que la presión migratoria era permanente en ambos casos. El número de intentos fue muy similar, ya que entre enero y junio de 2013 se elevaron a 19 en total, frente a los 22 que se han dado en la primera mitad de 2014.
No obstante, hay notables diferencias entre los dos periodos. Una de ellas, el hecho de que en 2013 hubo varios saltos simultáneos, ya que era una táctica que los inmigrantes solían emplear con frecuencia. Eso provoca que el número de saltos sea muy similar al que se ha dado este año (22), aunque en realidad hubo en 2013 menos días en los que se dieron incidencias en la valla con motivo de la aproximación de inmigrantes desde el Gurugú (11 en total). Este año no se han dado saltos simultáneos, aunque sí ha habido dos días en los que se produjeron hasta dos intentos distanciados por algunas horas de diferencia: el 9 de marzo y el 1 de mayo.
También hay una enorme diferencia en cuanto al número de entradas que terminaron con entrada de subsaharianos. En 2013, 7 de los 19 intentos se saldaron con al menos un inmigrante dentro de Melilla. En 2014, esa cifra se eleva hasta 13 tentativas que terminaron con éxito para una parte de los que escalaron la alambrada.
Pero la principal desigualdad entre lo que ocurrió en la valla en el primer semestre de 2013 y el de 2014 radica en la cantidad de personas que ejercieron esa presión migratoria. Si se suman las cifras facilitadas por la Delegación del Gobierno en cada uno de los intentos, resulta que entre enero y junio del año pasado fueron cerca de 2.400 inmigrantes los que obligaron a activar la alerta en el perímetro, de los cuales 277 entraron a Melilla.
Si se repite la operación matemática con los intentos de este año, las cifras son mucho más elevadas: alrededor de 11.670 inmigrantes protagonizaron todos los intentos del primer semestre, de los cuales 1.771 lograron su objetivo. Es decir, que en la primera mitad de este año han tratado de saltar casi cinco veces más inmigrantes que en el mismo periodo de 2013, y los que han entrado sextuplican a los que lo hicieron el año pasado.
Respecto a otros años
Si las cifras de los primeros seis meses de 2014 superan por mucho las que se registraron en el mismo periodo de 2013, la diferencia respecto a años anteriores es abismal incluso tomando sus 12 meses completos como referencia. Según las cifras oficiales facilitadas a principios del año pasado por la Delegación del Gobierno, durante el balance de inmigración de 2012, aquel año se registraron 28 asaltos a la valla, en los que más de 4.000 inmigrantes intentaron entrar superando los seis metros de altura de la doble alambrada y la sirga tridimensional. Solo consiguieron su objetivo algo más de una décima parte, concretamente 486, lo que supuso un aumento del 771% respecto a 2011, cuando entraron saltando la valla 63 inmigrantes en un solo intento grupal.
Por lo tanto, la tendencia no ha hecho más que subir en los últimos años, incluso tomando como referencia 2005, el año de la crisis de las vallas, que obligó al Gobierno de Zapatero a reforzar la frontera con la sirga tridimensional, que permitió que la valla fuera infranqueable durante cinco años, hasta octubre de 2010, cuando de nuevo volvieron a sonar las alarmas del perímetro fronterizo por intentos de entrada.
Entre junio y octubre de 2005, los meses más duros para la valla de Melilla hasta entonces, hubo un total de 7 intentos de entrada, en los que intentaron entrar 3.050 inmigrantes en total, y algo más de 700 lo consiguieron. Cifras, por lo tanto, muy alejadas también de las que hemos visto en la primera mitad de este año, cuando el Gobierno, como ya hiciera en 2005, tuvo que reforzar la valla con más medios técnicos y humanos para contener la presión.
Saltos históricos
El porqué de las mareantes cifras de este año se puede encontrar muy fácilmente comparando las dimensiones de los intentos de entrada que se daban hasta que empezó 2014, y los que se han registrado a partir de entonces.
Por ejemplo, en 2005 la avalancha más numerosa tuvo lugar el 27 de septiembre, día en que 700 inmigrantes se plantaron en la valla, de los cuales 214 se salieron con la suya y entraron en Melilla. Pocos días después, el 3 de octubre, 650 intentaron saltar y 350 accedieron a la ciudad. Estas dos avalanchas fueron las más importantes de aquella gran crisis migratoria que vivió nuestra ciudad en unas semanas tan difíciles, que el Gobierno incluso se vio obligado a mandar al Ejército a custodiar la valla.
Nunca más se volvieron a dar intentos de entrada tan numerosos hasta 2014, nueve años después. En estos primeros seis meses se han registrado 5 asaltos protagonizados por mil o más inmigrantes: 22 de enero, 18 y 27 de marzo, 28 de mayo y 14 de junio. Dos de ellos serán recordados durante mucho tiempo porque consiguieron desbordar los despliegues de seguridad de España y Marruecos que vigilan de manera permanente ambos lados de la valla: los del 18 de marzo y el 28 de mayo, días en los que medio millar de inmigrantes entraron en Melilla en cada uno de los saltos. Cifras históricas que marcaron sendos récords de ocupación en el Centro de Estancia Temporal de Inmigrantes (CETI) y obligaron a tomar medidas drásticas y urgentes.
La presión no cesa
El último intento de entrada por la valla de la primera mitad de 2014 tuvo lugar el 29 de junio, cuando 500 inmigrantes pretendieron acceder y ninguno lo consiguió porque la malla antitrepa les impidió escalar el enrejado fácilmente como ocurría hasta ese momento. Pese a la efectividad de ese sistema, destacada por la Delegación del Gobierno en sus últimos comunicados y comparecencias, la presión migratoria en la valla melillense no cesa.
En esta semana que va de julio, ya en la segunda parte del año, se han dado dos intentos de entrada que suman en total 530 subsaharianos, de los cuales 20 lograron su propósito de llegar a pisar suelo melillense. Por lo tanto, las cifras de quienes protagonizan las tentativas no disminuyen respecto a la situación que se ha dado en los seis meses anteriores, aunque las cifras sí son muy diferentes en cuanto a las entradas, gracias a la malla antitrepa, que ya en el último asalto, el pasado sábado, desvió el objetivo de los inmigrantes del perímetro al paso de Barrio Chino para entrar a la carrera. Fuentes policiales apuntan a un posible cambio de estrategia debido, precisamente, porque ahora saltar es más complicado por el mallazo que recubre los más de 10 kilómetros de perímetro fronterizo melillense.