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La unidad de protección de la fuerza española en Irak, sin tregua, para optimizar sus capacidades

Otro momento de los ejercicios

Mantener al día los procedimientos es fundamental para quienes velan por la seguridad de los instructores -durante el desempeño de su labor con las fuerzas iraquíes- y de todos los militares que se encuentran en el campamento español de Besmayah. La unidad de protección de la fuerza multinacional, que lidera España y de los cuales más de 200 militares son de Melilla, tiene como misión fundamental dar seguridad tanto a la Base «Gran Capitán» como a todas las actividades y desplazamientos en los que participan los soldados de las cuatro naciones que componen la Task Force Besmayah. La unidad de protección ha sido reforzada hace apenas dos semanas con la llegada de una treintena de militares procedentes, de igual modo, del tabor «Alhucemas» del Grupo de Regulares de Melilla. La unidad de protección aprovecha los escasos tiempos muertos de los que dispone para trabajar en el mantenimiento de las capacidades propias, de manera que la rutina de las labores de vigilancia, escolta, reconocimiento y protección no repercuta negativamente en los elevados estándares de eficacia que se exigen a un componente tan importante del despliegue español en Irak.

Actualización
Así pues, una de las secciones de la unidad ha aprovechado para desplazarse al área de instrucción R3 del propio complejo de adiestramiento de Besmayah y para desarrollar una jornada de actualización en diversas destrezas, algunas de ellas esenciales en el desempeño de sus quehaceres diarios. Las actividades han estado dirigidas por el teniente jefe de la sección, Ignacio José del Junco Jurado, asistido por sus tres suboficiales jefes de pelotón.
En primer término, los cabos y soldados que gozan de la acreditación en tratamiento táctico de bajas en combate (TCCC por su siglas en inglés) han explicado al resto de sus compañeros cómo, a través de la utilización del equipo que se encuentra en el botiquín de dotación individual de que disponen, pueden controlar una hemorragia masiva, colocar torniquetes en las extremidades o intentar intervenir en una herida producida en el tórax mientras se espera la llegada de personal sanitario especializado o la evacuación del herido. Las explicaciones teóricas dieron paso a varias sesiones prácticas en las que cuadros de mando y tropa ha tenido ocasión de materializar sus conocimientos.

Cuerpo a cuerpo
Una de las actividades que más tiempo ha consumido ha sido la instrucción en combate cuerpo a cuerpo. En ella los soldados han vuelto a familiarizarse con las técnicas de control e inmovilización que deben preceder a un arresto. También se han realizado ejercicios de defensa contra arma blanca, de liberación de agarre de fusil, y de reacción e intuición ante un ataque repentino a una autoridad. La jornada concluyó con una batería de ejercicios de tiro en la que se han empleado las ametralladoras pesadas de los vehículos Lince y R-31, en posición estática y en movimiento con función de tiro en seguimiento, fusilería, con dos estaciones de tiro de precisión a 200 metros que han servido para homogeneizar el armamento y otra en la que se ha practicado el tiro reactivo.
Refuerzo melillense
La unidad de protección ha sido reforzada hace apenas dos semanas con la llegada de una treintena de militares procedentes, de igual modo, del tabor «Alhucemas» del Grupo de Regulares de Melilla, que contribuirán a que las múltiples misiones que desempeña esta unidad militar puedan desarrollarse de una manera efectiva ante la creciente entidad del número de fuerzas iraquíes que van a recibir instrucción de la fuerza militar que lidera nuestro país, según ha informado el Estado Mayor de la Defensa.

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Redacción

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