El fútbol ha sido el protagonista, pero los sesenta niños y niñas que han participado han tenido ocasión de jugar también al fútbol sala y al fútbol playa. Y lo han hecho con monitores especializados, bajo la dirección de David Torices ‘Dupi’. El campo Fernando Pernías ha sido durante seis días la base de operaciones de este campamento futbolístico, aunque los participantes también han disfrutado de las instalaciones del Pabellón Javier Imbroda y de los campos veraniegos de la playa de San Lorenzo.
De nueve de la mañana a dos de la tarde los alumnos tuvieron tiempo para trabajar con y sin balón, para profundizar en la estrategia y la táctica, incluso con clases de vídeo, y estando presentes en todo momento el juego y la diversión. Y todo ello, sin descuidar una nutrición correcta con desayunos saludables y la hidratación constante para combatir las altas temperaturas.
En estos días los chavales fueron divididos por grupos de edades para hacer las sesiones más personalizadas y adaptadas a las necesidades de cada jugador. Los porteros dispusieron de la ocasión de mejorar su técnica con dos guardametas como Salva Balbuena y Verdejo, sin olvidar sus ya famosas batallas de porteros. Los futbolistas de campo, mientras tanto, mejoraron en preparación física, técnica y posicionamiento en el terreno de juego con David Torices y Nacho Aznar. Y como respaldo constante tres monitores que no cesaron en su apoyo y cuidado a los niños: Arancha, Itziar y Faysal.
La tónica de buen ambiente se volvió a reproducir en la última sesión, la que se celebró ayer en el Tesorillo, pero con un aliciente: la incorporación de los progenitores. Varios padres y madres se acercaron a este último entrenamiento para saltar al terreno de juego con sus hijos y echarse unas risas. Incluso, hubo tiempo de retarse en el terreno de juego, con jugadas vistosas, buenos goles y alguna que otra discordancia con el resultado.
Se echó el cierre a este evento con la entrega de diplomas y un balón de regalo a cada uno de los participantes.
