Putin parece haber alcanzado, por el momento, sus objetivos estratégicos en Ucrania, tras haber ocupado una cuarta parte del país, unos 125.000 kilómetros cuadrados aproximadamente, y haber dejado minados unos 300.000, lo que supondría bastante más de la mitad del territorio total de España. Escribo ‘por el momento’ porque, como los hechos han probado una y otra vez, los tratados no significan nada para el líder ruso y no exclusivamente para él. Nadie le garantiza a Ucrania que, durante un período de tiempo en el que Rusia puede aprovechar para rearmarse y prepararse para continuar las hostilidades, es muy posible que occidente, OTAN y UE, bajen su estado de alerta, disminuyan las sanciones aplicadas a Rusia y detengan o disminuyan la ayuda militar a Ucrania. El razonamiento para muchos políticos occidentales sería simple: no hay guerra, para qué queréis tantas armas. Entretanto, la ofensiva rusa continúa aunque con algo menos de ímpetu y las tropas ucranianas siguen castigadas por la carencia de medios y personal.
La población de Ucrania era de unos cuarenta y dos millones de personas, pero ha disminuido a unos treinta y cinco millones como consecuencia de la guerra. En contraste, la población de Rusia es de unos ciento cincuenta millones, cuatro veces más que la de Ucrania. Además, en los momentos iniciales y en el trascurso de la guerra, muchos potenciales combatientes ucranianos han abandonado el país. Muy posiblemente haya influido el hecho de que la guerra se está desarrollando en territorio ucraniano y, en consecuencia, muchas familias han decidido refugiarse y huir del país, llevando con ellos a todos los miembros de la familia. En entrevistas realizadas a algunos de los varones refugiados, explicaban que no podían dejar a su suerte a sus esposas e hijos, en un país extranjero.
La difícil situación para Ucrania se ha hecho aún más dramática recientemente, porque la guerra electrónica rusa ha hecho ineficientes un buen número de las armas con guiado que les habían proporcionado los Estados Unidos, de lejos el principal suministrador de todo el material que emplean las tropas ucranianas, por lo que las carencias ya existentes se han incrementado exponencialmente. Más sangre, sudor y lágrimas para el pueblo ucraniano, mientras los fabricantes estadounidenses de las armas guiadas encuentran la manera de evitar las interferencias por parte rusa.
Es conveniente explicar que el guiado de las armas hacia un objetivo determinado puede desactivarse o confundirse mediante procedimientos electrónicos, por ejemplo y entre otros, emitiendo una potente señal que confunda a la que espera recibir el arma guiada, interfiriéndola. Ello es de extrema gravedad ya que, un objetivo que pudiera ser destruido con un simple disparo, va a requerir el uso de muchos más y, aun así, sin garantizar su destrucción. Eso implica problemas operativos y logísticos, que explico muy abreviadamente. En el aspecto operativo, en vez de un arma efectuando un disparo se requieren muchas armas o disparos, para lo que se requieren más medios o más tiempo para hacerlos, dificulta el despliegue y además se facilita su localización por el enemigo. En el aspecto logístico, la necesidad de más armas y municiones requiere de su previa obtención -no garantizada- mediante entregas de otros países o fabricación propia, y también se complica el transporte y despliegue de los medios y municiones a los lugares donde van a ser empleados.
Esta capacidad rusa, que por el momento ha facilitado su avance en Ucrania, supone un peligro aun mayor por su posible, probable, cesión a sus aliados, principalmente China e Irán. Ello complica sobremanera el escenario global para una posible intervención de Estados Unidos y sus aliados, al quedar anuladas o limitadas muchas de sus armas con mayor tecnología. Los fabricantes occidentales de armas guiadas tiene ante sí el reto de encontrar, rápidamente, la solución al problema.
Por el momento, la tasa de éxito de los proyectiles de artillería llamados Excalibur, diseñados por Estados Unidos con una reputación, como arma, de «un disparo, un objetivo», ha caído drásticamente, en un período de meses, a menos de un diez por ciento de probabilidad de alcanzar sus objetivos. Hace seis meses, después de que los ucranianos informaran del problema, Estados Unidos dejó de proporcionar proyectiles Excalibur, a la espera de una actualización que los haga de nuevo deseables. En otros casos, como las bombas llamadas JDAM, lanzadas desde aviones, el fabricante proporcionó un parche y Ucrania sigue utilizándolos, aunque la limitación en la existencia de medios aéreos las hace menos útiles para ellos. En una guerra convencional, el ejército estadounidense podría no enfrentar las mismas dificultades que está atravesando Ucrania, porque tiene una fuerza aérea más avanzada y contramedidas electrónicas más robustas, pero las capacidades de Rusia ejercen una gran presión sobre Washington y sus aliados de la OTAN para continuar innovando.
El Ministerio de Defensa de Ucrania, en un comunicado, dijo: «Trabajamos en estrecha colaboración con el Pentágono en estos asuntos. En caso de problemas técnicos, informamos rápidamente a nuestros socios para que tomen las medidas necesarias para resolverlos de manera oportuna. Nuestros socios de EE. UU. y otros países occidentales brindan un apoyo constante a nuestras solicitudes. En particular, recibimos regularmente recomendaciones para mejorar el equipo».
La innovación forma parte de prácticamente todos los conflictos, incluida la guerra en Ucrania. El ejército ruso, entre otros, ha utilizado la guerra electrónica durante años, invirtiendo en sistemas que pueden inhabilitar las señales, como la navegación GPS, que ayuda a guiar algunas municiones de precisión a sus objetivos. Un experto de un grupo de investigación estadounidense basado en Filadelfia dijo que: “El problema con muchas empresas de defensa occidentales, en comparación con los fabricantes rusos, es que no tienen el mismo sentido de urgencia”.
Un problema adicional para Ucrania es el de las limitaciones de uso que le imponen los aliados. El secretario de defensa de los Estados Unidos, Austin, dijo recientemente que Ucrania debe enfocar sus esfuerzos en la guerra a corta distancia. Ya escribimos que Ucrania debe luchas su guerra con una mano atada a la espalda, mientras Rusia tiene las dos bien dispuestas.
El apoyo occidental a Ucrania es total … siempre que no ponga en riesgo los intereses de los países occidentales.
El apoyo occidental a Ucrania es total … siempre que no ponga en riesgo los intereses de los países occidentales.
