La Semana. MH, 03/02/2025
Por: J.B.
Cada vez estoy más convencido de que los países, las fronteras, las religiones, las razas, las clases, etc., son temas secundarios, que utilizan los políticos de cada lugar para manejar a las masas en una u otra dirección (en función del interés del político/los políticos de turno). Todos los que vengan de otros países, culturas, razas o religiones, que respeten las leyes existentes (en este caso las españolas), son bienvenidos. Todo el que venga a trabajar, es bienvenido. Todo el delinca, debe ser expulsado (si es extranjero) o debe caer el peso de la ley sobre él (si no es extranjero). No debemos (aún sigue habiendo muchos que, por desgracia, lo hacen) mirar qué religión, qué color de piel o de qué país proviene una persona, lo importante es que esa persona sea válida, sea buena y sea respetuosa. Lo importante es la persona y lo que esta aporta a la sociedad en la que vive y a las personas con las que convive.
Los países, las fronteras, las religiones, las razas, las clases, etc., son temas secundarios, que utilizan los políticos de cada lugar para manejar a las masas en una u otra dirección (en función del interés del político/los políticos de turno).
Leo la semana pasada en ABC: “La DGT ha amanecido con decenas de marroquíes exigiendo una solución ante la ausencia de nuevos acuerdos entre España y Marruecos para el canje del permiso de conducir”.
En 2004 existía un acuerdo entre Marruecos y España que permitía a los ciudadanos marroquíes con permiso de residencia en España y con un permiso de conducir marroquí obtenido antes de ese año canjear el carnet sin necesidad de realizar nuevas pruebas. Desde 2004 han tenido lugar diversas regularizaciones para inmigrantes en España, y no se ha establecido un nuevo acuerdo entre ambos países que permita a los marroquíes beneficiarse de este canje. Miles de marroquíes residentes en España se ven obligados a seguir conduciendo con su permiso de conducir marroquí sin la posibilidad de canjearlo, enfrentándose a cuantiosas multas.
Uno de los manifestantes ante la sede de DGT en Madrid se quejaba amargamente: “Sin el carnet de conducir no podemos trabajar. Muchos de nosotros trabajamos en el campo, necesitamos un coche”.
Hay muchos casos de “caras” que, mientras el resto de españoles trabajan ocho horas diarias 5 días a la semana (en muchos casos para subsistir), viven de las ayudas y no querían, ni quieren, trabajar.
Tienen razón en quejarse los marroquíes que, estando legalmente en España, no pueden conducir por una negligencia de sus países de origen y acogida. Aun así, muchos podrían preguntarse si debe España hacer lo correcto (arreglar esta situación de inmediato, negociando con Marruecos un nuevo acuerdo) o si debería, como hace Marruecos, utilizar este caso en su beneficio para conseguir, por ejemplo, una apertura “razonable” de las fronteras con Ceuta y Melilla.
Volviendo al titular del artículo: la solidaridad y las ayudas (también a las personas provenientes de Marruecos) deben tener, en mi opinión, límites claros y estrictos para evitar los, actualmente, muchos casos de “caras” que, mientras el resto de españoles trabajan ocho horas diarias 5 días a la semana (en muchos casos para subsistir), viven de las ayudas y no querían, ni quieren, trabajar.
(Trump) Es antipático, es narcisista, es déspota (me recuerda bastante a un tal Sánchez) y, al más puro estilo de Maduro o Pinocho, quiere controlarlo todo.
No me gusta Trump
Es antipático, es narcisista, es déspota (me recuerda bastante a un tal Sánchez) y, al más puro estilo de Maduro o Pinocho, quiere controlarlo todo.
Me gusta su decisión a la hora de arreglar los temas: “creo que hay que cambiar algo y lo cambio..”, pero el fin (supuestamente el bienestar de los norteamericanos) no justifica los medios (al menos, no cualquier medio). Trump está aquí y Europa debe espabilar (sobre todo en temas de defensa e industria) para no quedar engullida/aplastada entre dos gigantes (China y EEUU).