La primera (1873-1874). Creó tal desconcierto patrio, que tan solo en el corto espacio de tiempo que duró su existencia, tuvo cuatro presidentes: Estanislao Figueras, Pi y Margall, Nicolás Salmerón y el llamado “verbo de la Democracia”, Don Emilio Castelar.
Dándose el caso, que alentados por el ”federalismo” (hoy algunos piensan en él), del señor Pi y Margall, consiguió que la “república independiente de Granada”, declarara la guerra a la “república independiente de Jaén”; que el huertano José Gálvez, al frente del Cantón de Cartagena, emprendiera al grito de “To palante” la toma de Madrid… locura, infortunio, desbarajuste y anarquía, que al final el Tte. General Pavia tuvo, junto a la Guardia Civil, que frenar en el Congreso de los “Disputados”, como solían llamarlos, la opinión pública, por las largas e insulsas e inoperantes disputas que allí se organizaban, entre políticos de un color y políticos de otro…
La Segunda (1931-1939) condujo a España a una guerra civil. Una guerra fraticida, cuyos orígenes no son los que se cuentan y mejor se queden en el anonimato, pero no en el olvido, para que aquellos que hoy claman diciendo querer tener una tercera, les puedan servir de ejemplo las dos anteriores, preguntándose honradamente y sin apasionamientos confusos e innecesarios, si saben en realidad lo que desean.
Porque tal vez, lo que dicen desear y claman por ello, solo sea, en lugar de un lugar común, tan solo un contubernio más de “algunos”, que utilizando errores ajenos, pretendan tener aciertos propios. La Historia no está para repetirla, sino para aprender de ella, precisamente para no tener que hacerlo. Hay quien pide que el pueblo gobierne. O sea la República… A esos se les debe preguntar: ¿El pueblo de España ha gobernado alguna vez en las dos Repúblicas anteriores? ¿Gobierno? ¿Gobierno es Todo ese descalabro social e inhumano, que suele accionar el pueblo cuando es convertido en populacho por sus ignorantes, oportunistas y malos gobernantes? No. La misión del Pueblo no es gobernarse. Es gobernar a sus gobernantes.
Eso se consigue, con el ejemplo que el pueblo da cada día con su vida. De ella tienen que aprender los buenos gobernantes. De su trabajo. Su utilidad. Su servicio y su entrega, es la que alienta y fructifica en los buenos gobernantes. Los malos gobernantes, acaban, o bien en las cárceles por defraudadores del bien común, o en el exilio a escondida, después de haber llevado a miles de inocentes, al matadero de unas barricadas o al calvario obligado de una postguerra, de la cual ellos no suelen participar.
España hoy tiene un camino trazado, y al frente de él, lleva un Guía. Joven, honesto, inteligente, que sabe y se honra en ello, cual es su misión encomendada. Por lo tanto, este pais, solo tiene que seguir su andadura, no la que le marca el guía, sino precisamente, la que el mismo pueblo ha sabido marcarse con la entrega de su paz, el esfuerzo de su trabajo y el servicio de su experiencia y su propia libertad. No hay más libertades que esa. Porque son libertades ganadas propiamente, no concedidas. Y el Guía lo sabe, por que no ignora, que un buen guía no es otra cosa, que el pueblo delante, unido, en una sola imagen, clara, fuerte y decidida. Y le apoya en ello y le defiende con su propia vida. FELIPE VI, “El Príncipe Felipe” para la mayoría del Pueblo llano, es el que lleva el timón de este pais, por ello, este Pais, navegará en buenas manos en pos de su futuro y no del futuro que quieran ofrecerle, teniendo ya uno propio.
