La Autoridad Portuaria lleva un tiempo estudiando todo lo relacionado con la patella ferruginea, una lapa que abunda en Melilla y, sobre todo, en Chafarinas, al contrario de lo que ocurre en el sur peninsular, donde su escasa presencia ha provocado que desde 1999 esté incluida en el Catálogo Español de Especies Amenazadas. Concretamente, la patella está considerada como una especie en peligro de extinción, que sirvió a los ecologistas como base para rechazar todo lo relacionado con el proyecto de ampliación del Puerto. Sin embargo, desde la Autoridad Portuaria defienden que en Melilla la presencia de la patella ferruginea es 50 veces mayor que en el litoral andaluz oriental y que esta obra podría beneficiar a esta lapa, tal y como ya ha comprobado en otras escolleras artificiales. La Autoridad Portuaria, en una nota de prensa, explicó ayer que en el sur de la Península Ibérica puede haber poco más de 700 ejemplares de patella ferruginea si se suman los que hay en Gibraltar, según los censos recientes. La especie, por lo tanto, “se daba prácticamente por desaparecida” en aquellas zonas.
Pero en la otra orilla del Mediterráneo, en la costa de Melilla, la situación es “bien distinta”, según la Autoridad Portuaria, cuyos datos cifran la presencia de esta lapa en 34.452 ejemplares. En Chafarinas hay prácticamente el doble, ya que este organismo afirma que hay alrededor de 60.000 patellas ferrugineas.
“Se puede afirmar, sin temor a equivocarse, que la costa melillense, junto a Chafarinas y litoral de Ceuta, constituye un área esencial para la supervivencia y recuperación de la especie. En estos lugares se ha constatado reclutamiento de ejemplares en los últimos años”, aseguró ayer la Autoridad Portuaria, institución que se ha marcado como “prioridad máxima” continuar con los trabajos que se han realizado encaminados a estudiar la ecología de esta especie.
En concreto, el Puerto ya ha analizado cómo se comporta la patella ferruginea en las escolleras artificiales desde el momento en que los bloques son arrojados al mar hasta que en ellos se instala una comunidad “que ya podemos establecer como clímax”. La conclusión es que en esta zona del Mediterráneo “la población crece en lugar de estancarse o retroceder”.
Una de las bases para llegar a esta conclusión se encuentra en la obra de rehabilitación del puerto de Chafarinas que hizo recientemente la Autoridad Portuaria de Melilla, que ha permitido comprobar cómo las lapas rápidamente han vuelto a ocupar la escollera.
El pasado jueves, el presidente de la Autoridad Portuaria, Miguel Marín, se basó en esta experiencia para afirmar que la ampliación del Puerto beneficiará el desarrollo de la especie. “Estamos convencidos de que va a servir de base para demostrar que la ampliación del Puerto no es perjudicial para la patella, sino que cuantos más metros lineales de escollera haya, más lapas habrá en ese entorno y crearemos el efecto inverso al que algunos dicen”, aseguró Marín esta semana.
Otros estudios
La Autoridad Portuaria de Melilla ha iniciado, además, los estudios relacionados con la ecología y biología de la especie “para demostrar las diferencias que existen entre el litoral español del norte de África y el litoral del sur de Europa”. Y también se ha estudiado la influencia que determinados parámetros físico-químicos del agua del mar pueden tener en el desarrollo y evolución de la especie en esta zona del Mediterráneo.
La Autoridad Portuaria aseguró ayer que todos estos pasos demuestran que “el respeto y el cuidado del Medio Ambiente siempre serán objetivo principal del Puerto de Melilla”, ya que “seguirá dedicando todos sus esfuerzos a la aplicación de políticas de desarrollo sostenible, para seguir contribuyendo al crecimiento del puerto sin perjudicar el entorno en el que se encuentra”.
