Un lector nos hace llegar la siguiente queja: “En el mundo hay varias rutas para peregrinar. Está la del Camino de Santiago, la peregrinación a La Meca, la de Lourdes… Y ahora, en Melilla, tenemos también la del parking público. La hacemos a diario muchos sufridos usuarios que dejamos el coche en cualquiera de los aparcamientos públicos de la Ciudad Autónoma y, a la hora de irnos, tenemos que recorrernos todo el parking en busca de una máquina de pago que no esté averiada, aunque sea uno relativamente nuevo como el de Isla Talleres. Créanme si les digo que encontrar alguna es un verdadero milagro!”.