La Semana. MH, 30/09/2024
Por: J.B.
Hay un famoso proverbio que define algo que, por desgracia, ocurre actualmente con mucha frecuencia en nuestra sociedad y de manera especial en el mundo de la política: “Ver la paja en el ojo ajeno, y no ver la viga en el nuestro”.
“El que vee la mota en el ojo ajeno, vea la viga en el suyo” (El Quijote II 43). Se trata también de una frase bíblica (San Mateo 7, 3-5; San Lucas 6, 41). Hace referencia a cómo nos damos cuenta con mucha facilidad de los defectos ajenos, cuando los nuestros pueden ser mayores.
La viga en el ojo de Yolanda Díaz no ha sido vista por Montero
Si el anterior proverbio lo enlazamos con la famosa (y muy utilizada, sobre todo por los políticos) frase “¡Y tú más!”, creamos al rey del mundo en “echar balones fuera”.
¿En qué escena te imaginas esta última frase? Pueden ser unos niños discutiendo en el patio de un colegio, una pareja llena de reproches o, sobre todo, dos políticos en el Congreso de los Diputados. En cualquier ámbito, esta frase es una reacción defensiva que acusa al otro para eludir la propia responsabilidad respecto a algo.
Solemos usar mecanismos poco sanos a la hora de comunicarnos, por ejemplo: lanzar indirectas, hacer suposiciones, manipular, etc.… El “y tú más” también forma parte de este grupo de maniobras evitativas. Suelen ser estrategias inconscientes que utilizamos como una manera de escabullirnos de la responsabilidad de expresar algo de forma asertiva o de asumir cosas que nos cuesta aceptar o confrontar.
En la clasificación de Satir y Shostrom, que distingue entre cuatro maneras distintas de manipulación ante un conflicto (evitativa, apaciguadora, inculpadora y predicadora), esta frase es claramente inculpadora: algo que es percibido como un ataque, se transforma en una acusación hacia la otra persona.
Es evidente que el “y tú más” es una estrategia un tanto infantil, agresiva y no demasiado honesta.
En la política nacional, dejando fuera al rey de las mentiras y la manipulación (Sánchez), que juega en otra liga, hay un claro ejemplo de la confluencia, en una misma persona (una política, o une, o uno, o un…), del proverbio citado junto al uso del “y tú más”: Yolanda Díaz, vicepresidenta segunda de nuestro Gobierno y ministra de Trabajo y Economía Social.
Aunque, con la boca pequeña, abogue constantemente por dejar el “y tú más“ entre el PP y el PSOE, muchas veces se le ve el plumero: A la eurodiputada del PP Rosa Estarás, durante una comparecencia (en septiembre de 2023) en la comisión de empleo de la Eurocámara, después de que esta la criticara por haberse reunido con el prófugo Puigdemont, le dijo lo siguiente: “el partido al que representa muestra un absoluto desinterés por la vida de la gente”.
Es una consumada populista nuestra Yolanda, eso sí, a costa de hundir y exprimir a las cada vez menos empresas que resisten a sus políticas (y a las de Pinocho). Siempre, según ella, a favor de los desfavorecidos, de las mujeres (a las que trata como si fueran imbéciles que necesitan que alguien este permanentemente defendiendo) y de la ampliación de derechos (aunque supongan grandes penalidades para otros: empresas, poseedores de viviendas, etc.).
Su compañera, también exprimidora de empresas, María Jesús Montero Cuadrado, ejerce cada vez un mayor control sobre las deducciones que hacen los autónomos en IVA, IRPF o Sociedades. La Agencia Tributaria recaudó el año pasado más de 6.300 millones de euros en concepto de “minoración de devoluciones” tras revisar los gastos deducibles que los autónomos y negocios incluyen en sus declaraciones de IVA, IRPF o el Impuesto de Sociedades. Se trata de un incremento del 18,5% respecto a 2022.
Yolanda Díaz trató de esconder sus derroches hasta que se vio forzada en el Tribunal Superior de Justicia de Madrid
Pero la viga en el ojo de Yolanda Díaz no ha sido vista por Montero. Yolanda Díaz gastó 44.117 euros en restaurantes, hoteles y viajes en solo un año.
La vicepresidenta, que pide recortar horarios de restaurantes y reducir vuelos, trató de esconder sus derroches hasta que se vio forzada en el Tribunal Superior de Justicia de Madrid.
México, Chile, Brasil, Uruguay y Argentina, Indonesia y Estados Unidos. Seis viajes al extranjero con destinos tan “relevantes”, para su condición de vicepresidenta y ministra de Trabajo, como su visita a la Feria del Libro en México y su encuentro con la jefa de Gobierno de la ciudad. Da vergüenza ajena la excusa que adujo para su viaje por tierras argentinas y uruguayas: “para ensanchar la democracia”.
No estaría mal que nuestra vicepresidenta dejara de usar el Falcon y empezase a ver la viga de su ojo antes de intentar ver la paja en los de todos nosotros
Lo que debería hacer Montero es considerar la mayoría de los gastos de Díaz como una mayor remuneración de esta (lo que haría con cualquier español de a pie), ya que no son gastos necesarios para su cargo, sino que son gastos personales. También, dejando fuera una posible malversación de dinero público, debería recibir una multa por no haberlos declarado como retribución en especie.
No va a pasar (que Montero vaya contra Díaz), pero no estaría mal que nuestra vicepresidenta dejara de usar el Falcon (cuyos gastos no están dentro de los antes comentado) y empezase a ver la viga de su ojo antes de intentar ver la paja en los de todos nosotros.