El 77% del alumnado de FP emplea la IA para redactar trabajos y el 55% para estudiar exámenes, según un estudio elaborado por Ayuda en Acción y CSIC
El informe “La IA en la FP: oportunidades y riesgos”, elaborado por Ayuda en Acción y el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), revela que el 77% del alumnado de Formación Profesional emplea la inteligencia artificial generativa (IAGen) para redactar trabajos y el 55% para estudiar exámenes. Además, el 90% del alumnado de Ciclos Formativos de Grado Superior ha utilizado alguna herramienta de IA y el 43% lo hace de forma habitual, evidenciando una integración rápida y generalizada de estas tecnologías en el ámbito educativo.
Los autores advierten del riesgo de que esta tecnología “debilite el pensamiento crítico, aumente la desmotivación del alumnado y agrave desigualdades educativas, si no se supervisa su uso y se gestiona con responsabilidad”. Según Matías Figueroa, responsable del Programa Europa y Conocimiento de Ayuda en Acción, “la IA debe estar al servicio de las personas. Si no capacitamos a docentes y estudiantes para entender cómo funciona la inteligencia artificial y qué implicaciones tiene, corremos el riesgo de reproducir patrones de discriminación y dependencia tecnológica”.
Por su parte, Nuria Vallès Peris, científica titular del Instituto de Investigación en Inteligencia del CSIC, alerta de que “los sistemas de IAGen pueden elaborar resultados que reproducen los sesgos y formas de desigualdades existentes, arrojando resultados basados en patrones altamente injustos”. El estudio señala que el alumnado tiende a aceptar “acríticamente la información proporcionada por los sistemas de IA”, lo que evidencia la necesidad de reforzar las competencias digitales y el pensamiento crítico tanto del alumnado como del profesorado. Esta carencia, añade Vallès Peris, “repercute en un uso inadecuado de la IA, pudiendo intensificar la polarización entre el alumnado con mejores y peores resultados académicos”.
Asimismo, el informe identifica una relación entre la baja motivación con los estudios y el mayor uso de la IAGen, al señalar que “estas formas de uso no fomentan el aprendizaje crítico ni el desarrollo de competencias clave, perpetuando un círculo de desmotivación y bajo rendimiento”.
Aunque el uso de IA no sustituye otros recursos educativos, los investigadores detectan una relación inversa entre su uso y la consulta de libros o manuales: cuanto más se utilizan recursos convencionales, menor es la dependencia tecnológica.
En el caso del profesorado, el 60% ha utilizado herramientas de IA para preparar contenidos y exámenes, siendo los docentes jóvenes (18-34 años) los que más la usan regularmente (37% frente al 14% de los mayores de 55 años). Además, el 80% del profesorado cree necesario formar al alumnado en IA y el 81% considera que también ellos deben capacitarse para emplearla con criterios pedagógicos claros.
Finalmente, el estudio advierte del “riesgo de sustituir el criterio pedagógico del profesorado por algoritmos opacos y sesgados”, y propone subordinar la IA a las prioridades educativas de la FP, generar evidencia científica sobre su impacto, dar voz a docentes y estudiantes, evitar la automatización de la orientación y fomentar el pensamiento crítico y la alfabetización digital responsable.