Numerosas personas siguieron el solemne itinerario hasta el Foso del Hornabeque, donde la luz brilló con más intensidad
Este viernes por la noche, Melilla se iluminó. Transportada por alumnos del colegio La Salle-El Carmen y de Nuestra Señora de el Buen Consejo, la Luz de Belén, esa llama cálida y amable, viajó por el centro de la ciudad hasta el Foso del Hornabeque en una procesión resplandeciente.
Así, custodiados por el grupo de Scouts Católicos Málaga-Melilla’, y acompañada por numerosas personas que siguieron el itinerario desde la Iglesia del Sagrado Corazón, la Luz de Belén calentó con su suave crepitar el corazón de todos los fieles que le siguieron hasta el Belén monumental, donde, desde allí, su fulgor abrazó cada rincón de la ciudad.
“Sembradores de esperanza”
El vicario episcopal, Eduardo Resa, defendió que los alumnos de los citados centros portasen la Luz porque “los jóvenes no son solamente el futuro, son el presente”. “Que no sean solo peregrinos, sino que sean, sobre todo, sembradores de esperanza en nuestro mundo”, señaló, dejando claro que “contamos con la Luz de Nuestro Señor”.
Miembros de la Ciudad Autónoma de Melilla acudieron al traslado de la Luz de Belén al Foso del Hornabeque, entre los que destacan el vicepresidente primero Miguel Marín, la vicepresidenta segunda y consejera de Cultura y Patrimonio Cultural, Fadela Mohatar, y el presidente de la Fundación Melilla Ciudad Monumental, Francisco Díaz, entre otros.
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