Investigadores del Campus de Melilla (Universidad de Granada) han presentado a la comunidad científica internacional los últimos resultados y conclusiones de sus trabajos sobre esta especie protegida en el litoral de Melilla y las islas Chafarinas.
Las ponencias sobre la Patella ferruginea melillense presentadas en la 19ª edición del Simposio Internacional de Biología Marina, celebrado en Oporto, que reunió a la élite mundial de la investigación marina, tuvieron una extraordinaria aceptación.
Dichas ponencias son el fruto del trabajo desarrollado por el grupo de investigación melillense, coordinado por Juan A. González García y formado además por Pedro Paredes Ruiz, Carmen Enrique Mirón, Paola Calzado Liarte e Isidoro Bueno del Campo, que lleva estudiando desde 2005 la biología y la ecología de Patella ferruginea en Melilla, cabo Tres Forcas, islas Chafarinas y peñones de Alhucemas y Vélez de la Gomera.
Las Chafarinas
Con el título "Influencia del vertido de aguas residuales sobre poblaciones de Patella ferruginea en la isla Isabel II (Chafarinas)" se abordaron los efectos que estos vertidos han provocado en la biología (reclutamiento de larvas, crecimientos, alimentación, reproducción…) y en la dinámica de las poblaciones de esta especie protegida, a lo largo de los tres años de estudio (2013-2015).
De los resultados obtenidos, llama la atención el nulo efecto de los vertidos sobre la demografía de Patella ferruginea, manteniéndose la tasa de supervivencia de adultos alrededor del 100%. Lo mismo ha ocurrido con las poblaciones de otro molusco protegido, Dendropoma petraeum. De igual modo, no se han observado diferencias apreciables en los reclutamientos de larvas producidos en las tres fases reproductoras correspondientes a cada año de estudio.
Sí cabe destacar la gran influencia sobre el crecimiento de inmaduros, habiéndose observado ejemplares de un año de edad con 5 cm de tamaño y de hasta 7,3 cm a los dos años, tamaños muy alejados de lo normal en aguas no degradadas (1,5 cm por año de vida). Asociado a estos crecimientos disparados se ha producido una llamativa precocidad sexual en ejemplares de un año de vida, cuando lo normal es que la maduración se produzca a partir de los dos años y medio.
Concluimos respecto a lo anterior que una alimentación a base de algas microscópicas, bioindicadoras de la presencia de aguas residuales de origen urbano, es la causante de estos cambios tan drásticos en la biología de la especie.
Colonización
En la segunda ponencia, "Afinidad de Patella ferruginea por escolleras artificiales de nueva construcción: dos ejemplos en Melilla e islas Chafarinas", presentamos los resultados de la colonización en dos escolleras de reciente construcción, la de Muelle Chico de la isla Isabel II (Chafarinas) y la de Horcas Coloradas en la costa acantilada de Melilla. La primera, construida en agosto de 2013, de unos 40 m de longitud, está formada por pequeños bloques naturales heterogéneos y de superficie rugosa, y la segunda, de 2008, de 820 m lineales, con grandes bloques prismáticos de cemento con superficie lisa.
Del trabajo continuado desde su construcción en estas escolleras se concluye que el factor determinante para la primera instalación de larvas de nuestra especie es un umbral adecuado de rugosidad en las superficies de los bloques. Esto queda claro en la escollera de Horcas, donde la totalidad de su población actual (unos 200 ejemplares), se sitúa azarosamente de forma muy dispersa e irregular, sobre las aristas fracturadas en el proceso brusco de instalación de los bloques y que muestran su rugosidad interna.
Podemos asegurar que con un diseño de bloques que hubiera tenido en cuenta este factor de rugosidad óptima, la población en la escollera de Horcas Coloradas tras sus ocho años de vida, estaría actualmente entre 10000 y 15000 ejemplares. Esa rugosidad, hoy en día, sería fácilmente conseguida mediante picado mecánico del estrecho estrato batimétrico ocupado por Patella ferruginea en el mesolitoral superior.
Otros factores que propician la instalación de la especie en escolleras artificiales son: superficies planas y amplias, pendientes leves o moderadas del sustrato, orientación de las superficies al oleaje dominante, presencia de discontinuidades en bloques de primera, segunda y tercera línea de costa que propiciaran el efecto rebote tan ventajoso para el agarre de las larvas y, por último, la presencia previa o simultánea de otros invertebrados sésiles, especialmente del balánido Chtamalus stellatus que, con sus caparazones, proporcionaran el factor rugosidad indispensable.
Esta ponencia concluyó con la exposición de los primeros resultados de una línea de investigación conservacionista paralela que provocó, entre los asistentes, un gran interés y un prolongado debate. Estos resultados se refieren a la colonización de pequeñas placas (20×20 cm), de diferentes texturas, instaladas en la escollera de Horcas Coloradas desde 2014. En la diversidad de las poblaciones reclutadas en estas placas, con ejemplares de 1 y 2 años, se descubre la antes comentada rugosidad óptima, con altísimas densidades por encima de 15 ejemplares por metro lineal.
Dada la poca eficiencia de los traslados de ejemplares individuales separados mecánicamente del sustrato o de rocas trasladadas de lugar, esta forma de reclutamientos en placas ancladas que podrían ser trasladadas fácilmente, se vislumbra como un posible método para la reintroducción de la especie.
Además de lo expuesto, este grupo de investigación que lleva trabajando sobre esta y otras especies protegidas en la región de Melilla desde inicios de 2005, ha publicado numerosos trabajos, algunos presentados en congresos de carácter nacional e internacional. Entre ellos destaca el libro titulado "Patella ferruginea: patrimonio melillense: biología, ecología y conservación", editado en 2015 por GEEPP Ediciones.
Por Juan A. González García, Carmen Enrique Mirón, Pedro Paredes Ruiz.
