El hecho de que las jornadas de puertas abiertas del Centro de Educación Especial Reina Sofía haya llegado a su edición número trece, confirma el acierto de una actividad que busca incentivar la convivencia y educar a las nuevas generaciones en el respeto a los demás y en que la diferencia no es un problema. De esta forma, alumnos de 3º y4º de Primaria de distintos centros escolares de la ciudad, han respondido un año más a esta invitación permitiendo a sus estudiantes disfrutar de una jornada de celebración en la que, a través del juego y la camaradería se educa en la inclusión del compañero. Amparo Morala, directora del CEE Reina Sofía, se mostró explico que son trece los años que se vienen celebrando estas jornadas de puertas abiertas en las que tanto el centro como los propios alumnos, se convierten en anfitriones de compañeros del resto de la red de centros. En concreto, se invita a estudiantes de entre 8 y 9 años a los que se anima a disfrutar de un día de convivencia. Algunos, como reconoció Morala, llegan con ideas preconcebidas sobre que en este centro hay alumnos en silla de ruedas, "pero cuando los ven y están con ellos, a los cinco minutos, todo está superado". "Los niños son limpios (de alma) y espontáneos y ven al alumno del Reina Sofía como un compañero más con los que jugar. A esta edad es muy fácil" educarles en el respeto a los demás.
No en vano, según indicó, estas jornadas buscan que los escolares melillenses de este tramo de edad, al mismo tiempo que se lo pasen bien, interactúen con los alumnos del Reina Sofía y "se sensibilicen en la diferencia, en lo importante que es el respeto a las diferencias y que esas personas que necesitan determinadas ayudas para determinadas facetas de la vida, son personas que también pueden hacer cosas y con los que poder jugar porque tienen los mismos gustos".
Antes de que visiten el centro, se remite a los colegios un cuento en CD en el que "les contamos que para ver a una persona como tú, tienes que mirarte en el espejo y ver que todos somos diferentes, que la diferencia enriquece, que si no seríamos todos robots, y que dentro de esas diferencias, hay personas que necesitan algún tipo de ayuda para desplazarse, comunicarse o aprender y que aquí es donde recibimos a estos niños".
La jornada de puertas abiertas se inicia con una proyección en PowerPoint explicando qué es el Centro Reina Sofía y los niños que allí acuden. Después, los escolares se dividen en grupos junto a los propios alumnos del centro y se distribuyen entre las distintas actividades previstas. Muchas de ellas, por su éxito, se mantienen desde el primer año, como el laberinto del terror o los patines para derribar bolos. A estos se han incorporado, a lo largo de los años, el taller de pompas de jabón o los juegos populares que en esta edición ha plasmado una profesora en el suelo del patio para mayor diversión de los participantes. Después de tanto trasiego, un tentempié antes de volver a casa "alegres y satisfechos".
La directora del Reina Sofía no descarta que, como ha ocurrido en otras ocasiones, estas jornadas se puedan abrir a alumnos de Secundaria, aunque dejó de manifiesto que el Centro está dispuesto siempre a recibir visitas de colectivos interesados, como ha ocurrido en varias ocasiones con usuarios de Aspanies y del Gámez Morón.
Centro pequeño
Reconoció la directora del Centro Reina Sofía, que las instalaciones "se han quedado pequeñas" El centro se abrió con una capacidad de cien alumnos y en estos momentos son ya 150 los que atienden. Este incremento paulatino del número de estudiantes precisa de un refuerzo también de plantilla, pero no ha sido así. De hecho sólo se ha aumentado la plantilla de auxiliares, pasando de 5 a 6.
Amparo Morala señala que el edificio se podría ampliar construyendo una nueva planta con aulas. Señala que ya han traslado al MECD la necesidad de buscar soluciones a esta situación y están a la espera de que las autoridades educativas estudien qué hacer al respecto, tanto en lo que respecta a la ampliación del centro como al refuerzo de plantilla.
