La consejera de Política Social, Salud Pública y Bienestar Animal, Paqui Maeso, ha explicado que el problema de la incineradora de animales es el elevado coste que supone su puesta en funcionamiento. Por ello, la Ciudad Autónoma estuvo estudiando la posibilidad de guardar los cuerpos de los animales fallecidos en congeladores para, posteriormente, incinerarlos todos a la vez, aunque de manera independiente.
El tema, dijo, corresponde a Medio Ambiente.