La Iglesia del Sagrado Corazón en Melilla acogió anoche la Vigilia de la Inmaculada con la presencia del vicario episcopal, Roberto Rojo. La Vigilia pretende que sea, a imitación de la Inmaculada, un sí a la voluntad de Dios por parte de cada uno en su vida personal, a la vez que se plantea que sea una súplica a la Madre para que toda la humanidad dé igualmente un sí a lo que Dios disponga de cada uno en particular.