La Iglesia de la Purísima Concepción, el histórico templo melillense del Pueblo, acogió ayer la última Eucaristía antes de cerrar sus puertas para someterse a una rehabilitación integral para reparar los daños causados por el terremoto. La misa, en honor a la Hermandad del Rocío antes de que mañana inicie su peregrinación a Almonte, tuvo cierto sentimiento de nostalgia por lo que supondrá tener cerrada la Iglesia de Melilla La Vieja ocho meses, obligando a trasladar a la Patrona, la Virgen de la Victoria, hasta el Sagrado Corazón durante un tiempo. El vicario episcopal de Melilla, Roberto Rojo, ofició la última misa de este año en la Iglesia de la Purísima Concepción, en cuyas bancadas no había ni un solo hueco libre. Muchos de los fieles habituales no quisieron perderse esta Eucaristía tan especial, llena también de colorido por los trajes y cánticos alegres de la Hermandad del Rocío, que mañana emprenderá su peregrinación a Almonte (Huelva).
Se pone fin así a unos días de preparativos para la Hermandad del Rocío, que la semana pasada realizó un triduo en honor a la Blanca Paloma que empezó en la Parroquia de la Medalla Milagrosa el viernes y el sábado, y concluyó ayer con la misa rociera en la Iglesia de la Purísima Concepción, con el juramento de reglas de los nuevos hermanos.
Todos los que asistieron ayer a la misa pudieron, además, despedirse de la Excelsa Patrona, la Santísima Virgen de la Victoria Coronada. Los miembros de la Hermandad del Rocío, le pidieron su protección en esta peregrinación. El resto, también se despidió de la Virgen de la Victoria antes de que sea trasladada al Sagrado Corazón dentro de unos días con un rosario de la aurora.
