La Iglesia de Málaga, a través de la Delegación Diocesana de Migraciones de Málaga y Cáritas Diocesana, emite un comunicado ante el último salto a la valla de Melilla en el que pide que se ponga al ser humano “en el centro de nuestras decisiones y actividades”; y que las mismas “vayan acompañadas de la acción responsable de nuestros gobernantes”.
La muerte de un inmigrante al saltar la valla de Melilla “en busca de una vida mejor” despierta en la Iglesia de Málaga un “profundo dolor”. Melilla es parte de la Diócesis malagueña, y este joven se une a la dramática cifra de personas que han perdido la vida intentando llegar a Europa.
La iglesia ha pedido a los responsables políticos que los derechos de las otras 200 personas que sí han conseguido su objetivo de lllegar a la ciudad sean plenamente reconocidos.
“En la actualidad, el fenómeno migratorio supone un reto para toda la humanidad, no solo para Europa”, recuerdan desde el obispado malagueño, haciendo referencia expresa a otros dramas humanitarios actuales, como el de Honduras, donde hay “millones de personas que, como los migrantes que llegan a España, son expulsadas de sus países por la falta de condiciones que les aseguren un futuro digno”.
“Mientras prevalezcan los intereses económicos y la cultura de la indiferencia frente al don y a la gratuidad, no podremos encontrar salida a esta situación”, concluyen desde el obispado.
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