Si el problema es la falta de comunicación entre las autoridades fronterizas marroquíes y españolas por la nula voluntad de la otra parte, como al parecer eso es lo que ocurre, el delegado del Gobierno y los organismos diplomáticos deberían intervenir cuanto antes para solventar un problema que afecta muy directamente a miles de usuarios de la frontera, agentes españoles que trabajan para intentar garantizar un orden en la zona y los cientos de vecinos que se han visto muy perjudicados por las retenciones en las puertas de sus casas La frontera en la Operación Paso del Estrecho (OPE) se convierte año tras año, por desgracia, en una de las grandes protagonistas del verano. Si en su día a día está siempre sometida a una importante presión por lo que supone controlar a 30.000 personas y 10.000 cada día, esas cifras se incrementan sobremanera en la temporada alta de verano entre los viajeros de la OPE y los melillenses que deciden pasar a Marruecos para disfrutar de la temporada estival.
Aun realizando una importante inversión con las obras que hizo el Ministerio del Interior el año pasado, y reforzando de manera muy significativa los efectivos de la Policía Nacional y la Guardia Civil, la frontera de Beni Enzar sufre atascos diarios porque este asunto, que es una cosa de dos país, no está contando con la necesaria coordinación. Desde el lado español se apunta a la rigidez de los controles de seguridad que se están llevando a cabo en la parte marroquí. Según el sindicato policial SUP, hasta más de media hora han podido estar los agentes del país vecino controlando cada coche. Evidentemente, si eso es cierto, no es nada lógico por mucha alerta antiterrorista que haya, porque en España también la hay y, sin embargo, no se han intensificado los controles de tal manera que hace de la frontera un atasco permanente donde cualquier día puede ocurrir una desgracia. El que espera, desespera, como ayer advertía este sindicato. Sobre todo si el escenario es caluroso, como está ocurriendo este verano, y después de cientos de kilómetros de viaje como es el caso de quienes llegan en la OPE con el único deseo de pasar cuanto antes a su país para iniciar sus vacaciones.
Ayer ya se produjo uno de los primeros incidentes de gravedad del verano, aunque no se viera afectado el tránsito en ningún momento, pero es necesario actuar cuanto antes para evitar que otros más les sucedan, convirtiendo la frontera en un lugar de conflictos como ya sucedió otros veranos. Si el problema es la falta de comunicación entre las autoridades fronterizas marroquíes y españolas por la nula voluntad de la otra parte, como al parecer eso es lo que ocurre, el delegado del Gobierno y los organismos diplomáticos deberían intervenir cuanto antes para solventar un problema que afecta muy directamente a miles de usuarios de la frontera, agentes españoles que trabajan para intentar garantizar un orden en la zona y los cientos de vecinos que se han visto muy perjudicados por las retenciones en las puertas de sus casas. Solo de esa manera se podrá poner fin a la historia interminable en la que se han convertido los problemas en la frontera cada verano.