La Guardia Civil, en el marco de la operación 'XDRIVE' , ha detenido a 26 personas como presuntos autores de una red que robaba vehículos de alta gama en la Comunidad de Madrid y, posteriormente, los vendía en Bulgaria y en Marruecos. Uno de los integrantes de la red ha sido detenido en Melilla. La operación ha sido dirigida por el Juzgado de Instrucción número 4 de Melilla y coordinada por Europol. La organización estaba compuesta por tres células distintas: búlgara, española y marroquí. Esta operación ha sido efectuada en Madrid, Sevilla, Ceuta y Málaga. La Guardia Civil en el marco de la operación 'XDRIVE' efectuada en Madrid, Sevilla, Ceuta y Málaga, ha detenido a 26 personas -19 españoles, cinco búlgaros y dos marroquíes-, como presuntos autores en la Comunidad de Madrid de vehículos de alta gama que, posteriormente, vendían en Bulgaria y en Marruecos. La operación, que ha sido dirigida por el Juzgado de Instrucción número 4 de Melilla y coordinada por Europol, ha sido llevada a cabo por especialistas de la Guardia Civil en investigaciones relacionadas con la delincuencia organizada del automóvil y por la Unidad Orgánica de Policía Judicial del mismo Cuerpo de Melilla.
A lo largo de la operación, según informó ayer la Guardia Civil de Melilla, se han efectuado 12 registros en domicilios y propiedades de los detenidos, recuperando 20 vehículos, herramientas y material electrónico empleado en los robos, dos escopetas de cañones recortados y abundante munición. 19 de las detenciones han sido en la Comunidad de Madrid, cinco en Alcalá de Guadaira (Sevilla), una en Ceuta y una en Melilla. Se han realizado diez registros en la Comunidad de Madrid y dos en la provincia de Málaga.
Tres células
La organización estaba compuesta por tres células distintas: búlgara, española y marroquí. La célula búlgara empleaba en el robo complejos sistemas electrónicos que neutralizaban los sistemas de alarma y antirrobo de los vehículos que seleccionaban. Cometido el hecho, trasladaba los vehículos a una nave de la localidad de Valdemorillo (Madrid), desplazándose desde Valencia un experto falsificador de números de bastidor que se encargaba de modificar los originales.
Una vez que el vehículo había sido maquillado (falsificadas las placas de matrícula, bastidores, documentación, etc.), la rama búlgara entregaba los vehículos a conductores españoles, generalmente personas con pocos recursos económicos que se encargaban de su traslado hasta Bulgaria o Melilla, percibiendo por cada viaje 300 euros. En esa ciudad, la célula marroquí se hacía cargo de los coches y de introducirlos en su país para su venta.