La Guardia Civil ha intervenido 135 kilos de droga, mayoritariamente polen de hachís, en cuatro actuaciones realizadas en Melilla en la última semana, tres de ellas en el puerto comercial de la ciudad, donde los agentes hallaron casi 125 kilogramos preparados para ser transportados a la península. La otra intervención tuvo lugar fuera del recinto portuario, concretamente en el paso fronterizo de Farhana, donde los agentes interceptaron el día 19 un ciclomotor Yamaha Jog en cuyo portacascos había 10,2 kilogramos de polen de hachís en varios paquetes. Su conductor, un marroquí de 25 años que fue detenido, pretendía introducir así la droga en nuestra ciudad. En una nota de prensa, la Comandancia de la Guardia Civil de Melilla informó ayer de que la primera de las tres actuaciones que tuvieron lugar en el puerto se produjo el día 14, cuando los agentes que estaban llevando a cabo los registros antes del embarque en el buque que cubre la línea Melilla-Motril interceptaron una furgoneta Citroën Jumperc de matrícula nacional.
La Guardia Civil localizó 95 paquetes en los huecos naturales destinados a la carga del vehículo, que sumaban 71,4 kilogramos de polen de hachís, por lo que detuvo a su conductor, un marroquí de 51 años con residencia en Tarragona, provincia que podría ser el destino de la droga intervenida.
Las siguientes dos actuaciones contra el narcotráfico tuvieron lugar seis días más tarde, el 20 de agosto, en el puerto de Melilla, donde la Guardia Civil interceptó a dos vehículos que pretendían viajar con droga oculta en los buques que conectan la ciudad autónoma con Almería y Motril.
Los agentes localizaron 21,2 kilogramos de droga en los huecos naturales del chasis de un Nissan Tino, que estaban situados de forma transversal a las aletas delanteras, y otros 32,4 kilogramos escondidos en el interior de los cuatro neumáticos de un Opel Vectra.
Sus conductores eran dos marroquíes, de 38 y 34 años de edad con residencia en Barcelona y Jaén, respectivamente, que también quedaron detenidos.
Los cuatro detenidos han sido puestos a disposición judicial como presuntos autores de un delito contra la salud pública.
Con estas cuatro actuaciones, la Guardia Civil ha evitado la distribución y comercialización en el mercado ilícito de drogas de más de medio millón de dosis de hachís.
