La FAMPA ha indicado que la irrupción del coronavirus ha alterado la vida en el planeta. El sistema educativo no ha permanecido ajeno, como sabemos, a esta circunstancia y la repercusión está siendo más importante especialmente en las familias más vulnerables. En Melilla es una situación muy problemática, debido a que somos según el Consejo Escolar del Estado el territorio español con un mayor índice de desigualdad educativa.
Desde que la actividad escolar en Melilla quedó suspendida el 12 de marzo, según la federación, “la situación educativa no ha resistido la realidad estructuralmente ya deficitaria desde hace demasiados años.
Según la FAMPA “tanto las familias y el alumnado como el profesorado se han encontrado en un estado sobrevenido para el que nadie estaba preparado y la respuesta del Ministerio de Educación está siendo aún insuficiente”. En la federación “entendemos que es un escenario desconocido y que se están tomando decisiones en función de lo que va marcando la actualidad y por ello la Federación mantiene una diaria aportación a través de sus redes sociales para la solución global, pero independientemente de esa consideración, es muy necesario actuar con transparencia y con determinación”.
La FAMPA reivindica “no avanzar materia lectiva hasta que se recuperen las clases presenciales” porque advierte que “si alguien se va a quedar atrás, esperamos” en referencia a los alumnos sin medios para seguir telemáticamente las clases.
