El presidente de Prisa, Oughourlian, enfrenta deserciones de accionistas allegados a Sánchez, como Romero-Abreu, quien vendió 3,8 millones de acciones. Su estrategia ha fortalecido su control, dificultando el dominio político sobre los medios.
Primero se le rebela Oughourlian, el presidente de Prisa (al que quería apartar por no ser suficientemente fiel), y ahora huye uno de sus apoyos en la compañía, un socio de Zapatero vende 3,8 millones de acciones. Parece que los marineros saltan del barco
El empresario Romero-Abreu, inversor de Global Alconaba, desinvierte de Prisa (propietaria del diario El País) vendiendo la semana pasada más de 3,8 millones de acciones.
Parece que la huida (Romero-Abreu ha sido el primero) va a ser la respuesta de los accionistas afectos a Sánchez al jaque de Oughourlian a los intereses de Moncloa en Prisa.
Daniel Romero-Abreu es propietario de la consultora, especializada en liderazgo y reputación, Thinking Heads. Esta consultora posee una agencia de speakers que representa a conferenciantes de alto nivel en diversas áreas y que tiene como participada otra compañía (Gate Center) que Zapatero, miembro del consejo asesor, emplea para hacer lobby (tender puentes y mover intereses) entre China e Hispanoamérica (Zapatero es un experto en moverse alrededor de regímenes poco democráticos).
La empresa Global Alconaba nace para adquirir, en el año 2022, una participación del 7,07 % del capital social de Prisa, paquete por el que abona más de 34 millones de euros.
La jugada maestra que ejecutó el presidente Joseph Oughourlian (la aprobación de una ampliación de capital de 40 millones y la ejecución de parte de un paquete de bonos convertibles en acciones) para aplastar la disidencia que, apoyada por Sánchez, le quería desalojar, ha conseguido que sus enemigos en el consejo diluyeran su participación mientras que Amber (su empresa), se mantiene intacta. Ahora, el presidente de Prisa cuenta con apoyo sobrado en el consejo. Ni siquiera necesita del apoyo de Vivendi para garantizar su continuidad al frente de la compañía.
Oughourlian estaría esperando la llegada de la Junta General de Accionistas extraordinaria de junio para terminar de blindarse en el grupo. Parece que la única la única baza que le quedaría al Ejecutivo de Sánchez sería una OPA sobre Prisa, para la que necesitarían a Telefónica, que tendría que asumir la deuda de 800 millones de euros de Prisa, que acaba de refinanciar Oughourlian con la condición de mantenerse como presidente de la compañía.
Parece que el control de Sanchez sobre los medios sufre un serio parón, aunque muchos medios temen las anunciadas medidas para controlar lo que para él son fake news (pretende, entre otras cosas, endurecer el derecho de rectificación y establecer un régimen sancionador contra los medios de comunicación). El mundo al revés: el poder controlando al contrapoder, que debe controlar y denunciar sus abusos.