Esta fábula cuenta que Júpiter, padre de los dioses, para nombrar al rey de los pájaros, todos deberían comparecer ante él, para elegir la más bella. Entonces todas las aves se acercaron orillas de un río para acicalarse, y quitarse las plumas viejas. Pero la astuta corneja, muy zorra, las recogió y se las colocó alrededor del cuello.
Como resultó más guapa que ninguna, Júpiter al colocarle la corona, las demás, que sabían de la trampa, comenzaron a quitarle cada una de sus plumas, quedando la corneja, con el penacho al descubierto. O sea, con el culo al aire.
Al leer esta fábula me viene a la memoria algo de la historia de la región catalana, donde tengo un amigo de la “cosa culta”, que me dice que el Abad de Monserrat, cree que si en Cataluña manda un Caudillo, dice: ¡Viva España!, y ¡Viva el Caudillo!, y si mandan los nacionalistas: Aunque sea contra la Ley: ¡Adelante con el derecho a decidir!, y ¡Visca Catalunya!, y a quien Dios se la de, San Pedro se la bendiga. Hay veces, que en nuestros “paliques filosóficos”, se ve con ánimos de intentar explicarme, que Cataluña es España, pero que no acaba serlo del todo, aunque realmente lo sea, pero unas veces si y otras no, depende de como se mire. Dice que es un coñazo, y que ya le importa un carajo lo que sea, que no entiende por qué la Generalidad de Cataluña, que hasta ayer, era una Comunidad Autónoma, o sea un Gobierno regional….., y sin acabar la frase, un poco hastiado termina: “Sabes qué, pues que se joda el Más, sus compadres, y D. Tancredo Rajoy”. Ya puestos, mi querido amigo; y con el derecho al pataleo: Pues que se jodan también, Rato, Blesa, Correa, el Pujol y su camada de mangurrinos, y todo aquél que haya metido la pezuña en la Caja.
Como sé que este amigo es harto cachondo, le dije que si los independentistas, con sus “esteladas cubanas” ondeando por el Ensanche de la Ciudad Condal, están entre Kosovo y el poblado de Astérix y Obélix, él debiera colocar en su balcón, dos grandes toallas playeras con los dibujos de “Pulgarcito” y “Zipi y Zape”; que no estaría mal del todo.
Él me insiste comentándome que el origen del Cuerpo de Mozos de Escuadra, no solamente es incierto, sino confuso, sin que ni siquiera pueda precisarse con exactitud la fecha de su institución. Pues mientras unos la remontan a 1690, otros la sitúan al término de la guerra de Sucesión (1714), para aniquilar la multitud de malhechores y bandas de forajidos en que se vio infestada Cataluña al término de aquella lucha dinástica; que ellos, los independentistas, con solo cambiarle una vocal, la quieren convertir en “Secesión”; lo que un clásico diría, (yo no): ¡¡Y una mieeerda!!.
Entonces le recordé aquéllos versos que en Cuba, país donde los nacionalistas han copiado la “Estelada”, se cantaba en el XIX: “A la orilla de un barranco/ se oye a un negrito cantar:/ ¡ay madre, quién fuera blanco/ aunque fuera catalán!”. Como era natural sonreía. Pero como yo tenía copiado unos versos muy patrióticos, que los separatistas debieran saber, se los leí: “Barcelona ciudad grande, bandera hay parada/ bandera de fuego y sangre, que es señal de guerra mala,/ somos soldados/ somos soldados del rey de España./ No será tan mala, no, como el rey la ha llamado/A Barcelona iremos, muchachos, a sentar su plaza./ Uniforme llevaremos, para servir al rey de España:/ alpargata azul en el pie, veta hasta media pierna,/el sombrero engalanado, como mozos de la escuadra”.
Y sobre la “Ñ”, que ellos escriben: Catalunya, y nosotros: Cataluña; también, con un poquito de guasa, le leí unos versos que circulan en Internet: “Todo tiene Ñ en España,/ ¡hasta España!. Eñe el coño o la cigüeña que nos trae,/ Eñe la cizaña o la guadaña que nos lleva, /Eñe la niña que nos enfría/ Eñe la leña que nos calienta/…..”.
Me dice, que si hay algo que no soporta, es la tergiversación de la realidad y mucho menos de la Historia. Máxime cuando la Historia nos afecta a todos por ser común e indivisible, el país en que residimos. Así el nacionalismo catalán no sólo ha pervertido la esencia españolista de Cataluña, sino que ha convertido uno de los cuerpos más odiados por los catalanes, precisamente por su aspecto monárquico y español, en la tropa catalana, la base de unas fuerzas de orden público y quien sabe si de unas futuras fuerzas armadas. No había nada, ni ejército, ni policía propia. No tenían uniformes ni símbolos, pero no había problema, se cogía algo que hubiera antes, se le daba un buen lavado de jeta y se les impregnaba de estela nacionalista, así la Generalidad recuperó los Mozos de Escuadra. Si les parece que “La Corneja y los Pájaros”, no pega con el título: Cámbienlo con el que deseen, porque a mí ya me da apuro.
