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La contraofensiva ucraniana está en sus primeras fases. Slava Ukraini.

Como era de prever y de temer, tras solo unos días desde el inicio de la contraofensiva ucraniana, varios medios de comunicación según escriben informados por filtraciones de supuestos expertos o incluso de no identificadas fuentes oficiales, empiezan a manifestar tendencias derrotistas apuntando a una percibida falta de progreso de las operaciones ofensivas ucranianas.

Escribí antes, y reitero ahora, que las líneas de acción ofensiva que, hasta el momento, ha utilizado Ucrania, eran totalmente previsibles y que, por tanto, las defensas rusas en esas direcciones iban a estar fuertemente preparadas con obstáculos y personal, haciendo el avance ucraniano difícil y costoso. Máxime cuando, en contra de lo que muchos gobiernos occidentales han manifestado, empezando por el de Estados Unidos, no le han proporcionado a Ucrania los medios necesarios para garantizar el éxito y, mucho menos, para hacerlo con un mínimo de bajas.

Es conveniente recordar que en la Guerra del Golfo de 1991, para liberar Kuwait, el ejército más poderoso y con la mejor logística del mundo, el de Estados Unidos, necesitó de cinco meses y medio de preparación antes de dar comienzo a las operaciones ofensivas. Y que estas se limitaron, durante casi un mes y medio, a primero adquirir la supremacía aérea, el control total de los cielos, y luego a una campaña brutal de bombardeos de las defensas y fuerzas de todo tipo del ejército iraquí. Las operaciones terrestres se limitaron a unas 100 horas de combate.

Al ejército ucraniano, sin prácticamente aviación, con tan solo limitadas capacidades antiaéreas, sin superioridad en medios de fuego, con una logística dependiente de la “buena voluntad” de los donadores occidentales, sin poder atacar al enemigo en su territorio, se le pretende exigir que en esas mismas 100 horas, o poco más, acabe con el ejército de Rusia, que cuenta con superioridad absoluta en todos los aspectos menos en el del coraje e inteligencia de mandos y soldados ucranianos, en su voluntad de vencer.  

Aun plenamente conscientes de las enormes limitaciones que tiene el ejército ucraniano y su casi inexistente fuera aérea, dos funcionarios occidentales y un alto cargo militar estadounidense, sin identificar, en un alarde de desconocimiento o cinismo, han llegado a decir a la cadena CNN que, en sus primeras fases, la contraofensiva de Ucrania está siendo menos exitosa y las fuerzas rusas están mostrando más competencia de lo que esperaban las evaluaciones occidentales. La contraofensiva «no está cumpliendo las expectativas en ningún frente», dijo uno de los funcionarios. Habría que preguntarse de quien eran esas expectativas de fácil victoria ucraniana, para denunciarlo ante el mundo.

Ni los soldados ucranianos y sus mandos son superhéroes inmortales, ni los soldados rusos y sus mandos son estúpidos y han tenido muchos meses para preparar el terreno para la defensa en las previsibles direcciones de ataque ucranianas. Han utilizado extensos campos de minas, obstáculos antitanque y planes de fuego muy elaborados y potentes, con aviación, artillería, misiles y drones.

En la guerra de movimiento, que requiere de una sofisticada logística, las fuerzas rusas han mostrado ciertas carencias, pero en la guerra defensiva esas carencias son mucho menos acusadas.

El presidente de Ucrania, Volodymyr Zelensky, admitió este pasado miércoles que los avances habían sido «más lentos de lo deseado». «Sin duda nos gustaría dar pasos más grandes», reconoció Zelensky en una entrevista con la BBC. «Pero, no obstante, los que luchan vencerán y a los que llaman, se les abrirá la puerta».

Tras una reunión del Grupo de Contacto de Defensa celebrada en Bruselas la semana pasada, el general de más alto rango de Estados Unidos, Mark Milley, afirmó que Ucrania está haciendo «progresos constantes», pero advirtió que tenían que estar preparados para un largo recorrido.” Se trata de una lucha muy difícil, muy violenta y que probablemente llevará mucho tiempo y tendrá un alto costo«, declaró.

En referencia a la pérdida de vehículos blindados por parte de Ucrania en los primeros días de la contraofensiva, el secretario de defensa de Estados Unidos, Lloyd Austin, afirmó que «los ucranianos tienen la capacidad de recuperar los equipos dañados, repararlos en la medida de lo posible y devolverlos al combate». «Seguirá habiendo daños de batalla» pero las fuerzas ucranianas «todavía tienen mucha capacidad de combate, poder de combate», añadió Austin.

A pesar de reconocer las dificultades que está enfrentando Ucrania, se permiten afirmar que la entrega de aviones de combate a Ucrania será dentro de unos cuantos meses, nadie parece saber cuántos. Conocen perfectamente que, en la guerra moderna, para obtener el éxito es imprescindible la íntima cooperación entre las fuerzas aéreas y las terrestres. Este concepto ya se estudiaba en las instituciones de enseñanza militar de los Estados Unidos a principio de los años 80, con el nombre de “air land battle”. Pero pretender sustituir los aviones tan necesarios por sangre ucraniana, por temor a la posible reacción del agresor.

Una vez más, el agresor ve recompensada su maldad y brutalidad por el miedo de los que tendrían la obligación ética de impedirlo. Además, como ya escribimos, de que actuarían en su propio interés.

Fuentes militares ucranianas afirmaron este pasado viernes haber tenido «éxito en dos zonas del frente sur». «En las direcciones de Novodanylivka – Robotyne y Mala Tokmachka – Novofedorivka, han logrado un éxito parcial y se están atrincherando en las fronteras alcanzadas», declaró en un comunicado Andriy Kovalov, portavoz del Estado Mayor de las Fuerzas Armadas de Ucrania. “Nuestras fuerzas siguen llevando a cabo operaciones ofensivas en dirección a la ciudad ocupada meridional de Melitopol y al puerto de Berdiansk”, añade el comunicado. “En el este, las tropas ucranianas han detenido el avance de Rusia hacia las ciudades de Kupyansk y Lyman”, dijo la viceministra de Defensa en un post de ‘Telegram’ el pasado viernes.

PD.- En la noche del viernes el grupo mercenario Wagner, el que ocupó Bakhmut en Ucrania, se ha rebelado contra Putin, ocupando la ciudad de Rostov, donde está el mando de las tropas rusas en Ucrania, y dirigiéndose ahora hacia Moscú. Ello podría ocasionar una guerra civil en Rusia, pero los propósitos de unos y otros en este momento, mañana del sábado, no están claros. Hay incluso fuentes occidentales que ahora apoyan a Putin, temiendo un descontrol en Rusia que ponga en peligro el control de las armas nucleares.

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Gonzalo Fernández

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