La Ciudad advierte, en el homenaje a Miguel Ángel Blanco, que “el legado de ETA permanece en Bildu” y aboga por respetar el Espíritu de Ermua

Melilla rindió homenaje a Miguel Ángel Blanco, concejal asesinado por ETA en 1997, con un emotivo minuto de silencio. Se resaltó su legado como símbolo de lucha por la libertad y la convivencia, y se reclamó justicia para las víctimas del terrorismo.
minuto silencio miguel ángel blanco

Melilla se ha sumado este lunes a numerosas ciudades y municipios españoles que han realizado un solemne y emotivo acto de homenaje a la figura de Miguel Ángel Blanco, el joven concejal del PP en Ermua (Vizcaya, País Vasco), que fue secuestrado y posteriormente asesinado por la banda terrorista ETA el 12 de julio de 1997.

Es por ello por lo que la Ciudad Autónoma ha dedicado un emotivo minuto de silencio en memoria de Blanco, “un ciudadano comprometido con los principios de libertad, pluralidad política y tolerancia”, en el pasadizo que lleva su nombre.

“Recordamos las emociones y las acciones que millones de ciudadanos españoles vivieron aquellos días mientras intentábamos salvar una vida arrancada de la normalidad con la máxima crueldad y villanía”, ha señalado la vicepresidenta segunda y portavoz del Gobierno de la Ciudad Autónoma, Fadela Mohatar, encargada de leer el manifiesto difundido por la Fundación Miguel Ángel Blanco para conmemorar el 28º aniversario de su asesinato.

Subrayan que la sociedad española no claudicara y se mantuviera “unida y firme” ante “el chantaje” de la banda terrorista al Gobierno exigiendo la liberación de los presos etarras a cambio de perdonarle la vida al joven concejal popular, lo que tristemente no sucedió.

Ermua, el municipio de Miguel Ángel Blanco, se convirtió en un “símbolo de resistencia al terrorismo”. “Se mantuvo la dignidad por encima del miedo y la determinación contra aquellos que llevaban décadas atacando la convivencia, los terroristas: los que ponían bombas y los que pedían el voto para legitimar el terrorismo, expandiendo miedo y odio”, destacan.

“Esta parte de nuestra historia reciente nos pertenece, nosotros la padecimos y la superamos, es nuestra, nos conforma y nos ha convertido en lo que somos y en lo que queremos ser: una sociedad formada por unos ciudadanos conscientes, sensibles y comprometidos con una democracia de calidad que impida la victoria de los falsos relatos, la banalización y la legitimación del terrorismo, la indignidad de las humillaciones a las víctimas, referencia moral de nuestra convivencia”, recalcan.

Apuestan por “compartir la memoria de las víctimas y aprender de lo vivido y sufrido, transmitirla a los jóvenes que tienen derecho a conocer esta parte de la historia de su país”.

“Un héroe”

Y es que, a su juicio, Miguel Ángel Blanco se ha convertido, “a su pesar, en un héroe, en un símbolo de convivencia y unidad que representa lo mejor que hemos sabido construir socialmente como nación que lucha contra sus enemigos”. “El suelo ético sobre el que debemos construir nuestras libertades”, recalcan.

EH Bildu, “el legado” de ETA

La Ciudad ha advertido en el manifiesto que aunque ETA ya no mate, “su legado permanece en su brazo político, EH Bildu”, que dicen que ha continuado “la ideología de exclusión y odio a España por la que la banda mató, con terroristas en sus listas electorales, legitimando el terror en el País Vasco y Navarra, sin condenar la violencia terrorista, y “defendiendo los objetivos políticos por el que se mató y se persiguió a muchos inocentes”.

“Los testaferros de ETA tienen más poder político que nunca porque el gobierno de España ha pactado con ellos para mantenerse en el poder y esta situación ética y políticamente insostenible es una anomalía democrática que revictimiza a las víctimas del terrorismo y que seguimos denunciando en coherencia con lo que vivimos hace 28 años: unidad y aislamiento de los violentos, Estado de derecho y firmeza democrática”, subrayan.

Espíritu de Ermua

Ante esto, reivindican el Espíritu de Ermua surgido al calor de las numerosas manifestaciones pacíficas exigiendo la liberación del joven edil popular y, posteriormente, condenando su asesinato, y exigen que no se claudique ante “la legitimación del terrorismo, ante su blanqueamiento, ante la impunidad que los terroristas y sus cómplices imponen día a día”.

Asimismo, exigen que los asesinos de Blanco cumplan sus condenas “sin atajos, sin alegalidades y por justicia”. “Construimos una Memoria del terrorismo y sus víctimas que defienda la democracia constitucional por la que dieron la vida miles de españoles. Honremos este sacrificio”, sentencian.

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