La Comisión Islámica de Melilla (CIM) ha manifestado este domingo «condenamos enérgicamente todos los actos perpetrados por el Estado autoritario de Israel y demandamos que pare la actual ofensiva israelí que solo produce muerte y destrucción». A través de un comunicado de prensa, la federación de asociaciones musulmanas de Melilla ha subrayado que “lamentablemente, los actos de terror y violencia en la región de Palestina continúan cobrando vidas y causando sufrimiento a muchas personas. Estos actos, independientemente de su origen, son profundamente preocupantes y merecen una condena firme y enérgica y un llamamiento a la acción por parte de la comunidad internacional”.
La Comisión Islámica de Melilla ha señalado que “condenamos cualquier acto criminal perpetrado por opresores que pongan en peligro la paz mundial”.
En este caso, ha expresado su profunda preocupación “y condenamos enérgicamente las acciones inhumanas y violación de derechos humanos en la región de Gaza que han resultado en la pérdida de más de 32.000 vidas humanas y la devastación de su territorio”. A su juicio, “esta sinrazón en la región de Gaza y Palestina ha causado un sufrimiento inmenso y una crisis humanitaria continua”.
La CIM ha destacado que la pérdida de vidas humanas, la destrucción de infraestructuras y las condiciones de vida precarias de muchos en la región “son hechos inaceptables que nos entristecen profundamente y que deben ser repudiados”. Según ha subrayado la federación musulmana, “en tiempos de conflicto, es esencial recordar que detrás de cada número estadístico hay vidas humanas, familias desgarradas y comunidades enteras que sufren las consecuencias de la violencia”.
Para la entidad religiosa, “más de una década, Israel intensificó un bloqueo ignominioso a Gaza en todos los sentidos generando una situación que ha supuesto para los habitantes de Palestina, hambre, problemas de salud, cárcel y no libre circulación, convirtiendo la Franja de Gaza en especial, en una inmensa “cárcel al aire libre” para más de dos millones de personas, despojados y expulsados de la tierra de sus ancestros y hacinados como pulgas en un territorio siempre decreciente, privados de los medios de subsistencia básicos”.
A juicio de la CIM “esta atrocidad israelí llega hasta el extremo de cortarles el suministro eléctrico, de quemarles sus cosechas, de destruirles sus hospitales, de robarles el agua y de escatimarles el combustible. En los hospitales -ha añadido- se realizan las operaciones quirúrgicas sin electricidad ni asepsia y los enfermos carecen de medicinas”.
La entidad que preside Farid Al-lal ha denunciado que “la Comunidad Internacional calla pese a que la ONU, especialmente el Consejo de Seguridad, ha emitido numerosas resoluciones en los últimos 75 años sobre el conflicto en Palestina en las que, en su mayoría, no sólo condena a Israel, sino que le exige que rectifique su política hacia los palestinos y cumpla las obligaciones que impone la Convención de Ginebra a la potencia ocupante”.
Por todo ello, desde la CIM ha recalcado que “condenamos enérgicamente todos los actos perpetrados por el Estado autoritario de Israel y demandamos que pare la actual ofensiva israelí que solo produce muerte y destrucción”.
La historia de la región de Palestina está marcada por décadas de conflictos y tensiones, y es imperativo que se busque una solución pacífica y sostenible para poner fin a esta espiral de violencia y terror israelíes. El reconocimiento de un Estado palestino es la única garantía para la paz y la reconciliación y para que en la región se pueda vivir en paz.
