Un año más y cumpliendo con el cuadro de actividades para este último trimestre del año, la Casa Regional de Ceuta en Melilla celebró una de las festividades más populares de la ciudad hermana, ya que nace y se mantiene de forma totalmente espontánea, sin que ni institución ni asociación alguna intervenga en ella. Esta celebración tan añorada en el calendario de los "caballas" es el Día de la Mochila y es celebrada también por las Casas Regionales de Ceuta repartidas por toda España. Se tiene conocimiento que se celebra al menos desde finales del siglo XIX y consiste en que, este día jóvenes y mayores salen al campo a comer. En su talega no pueden faltar, aparte de los consabidos bocadillos, frutas ni frutos secos, que muchos amplían con los primeros dulces navideños que anuncian las próximas fiestas con las que concluirá el año.
Hay quien la vincula a la llegada de Málaga en esos días de este último manjar, en las embarcaciones que se llevaban a los trabajadores de la Almadraba, otros dicen que se debe esta tradición tan asentada a que antiguamente los familiares que tenían que llevar flores a sus difuntos, pasaban el día en el campo debido a que el cementerio se encontraba a mucha distancia del núcleo urbano, incluso hay quien dice que tiene algo que ver con la célebre jornada de la Loma de las Mochilas de la Guerra de África.
Día Mochila
Esta festividad local de mucho arraigo en Ceuta llamado el 'Día de la Mochila' tiene lugar el 1 de noviembre, conmemoración de Todos los Santos. Según el presidente de la entidad ceutí, Ramón de la Cruz, niños, jóvenes y mayores de la Casa Regional de Ceuta en Melilla celebraron este día como se hace en Ceuta.
Este año, esta activa casa regional han elegido la sede social para la celebración de este día debido a que había alerta amarilla por las inclemencias del tiempo, ya que los partes meteorológicos daban lluvia para este día. "Se ha realizado una gran paella acompañada de suculentos platos variados que sirvieron de entrantes para el plato fuerte, empanadas, patatas a la brava, croquetas, empanadillas, pescado y hasta callos. Todo ello fue degustado por más de cuarenta personas entre socios y simpatizantes", señalan desde la casa.
Tras la comida se instaló una gran mesa con cestitas repletas de frutos secos propios de otoño y de esta festividad tan peculiar (castañas, nueces, pan de higo, avellanas, almendras, pistachos, cacahuetes, dátiles, mandarinas, etc) que fueron degustados entre el jolgorio y la alegría de los simpatizantes caballa y melillenses con los que cuenta la casa. La velada finalizó pasadas las 21 de la noche entré café, pastas, voladillos de calabaza y muy buen ambiente.
